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Mostrando entradas de 2014

Qué es un emprendedor

En España somos muy “del momento”. Que si somos todos doctores en fútbol cuando hay un mundial, que si todos expertos médicos cuando tenemos un caso de ébola (y no os digo si hay un perro de por medio), que si expertos en economía si la prima de riesgo se dispara… y así. No es sólo algo nuestro, en general pasa en todos los países “desarrollados” y tiene que ver bastante con la influencia de los medios de comunicación y en nuestro caso con ese carácter latino de nuestra gente. En los últimos años se ha puesto de moda lo de “emprender” y gracias a programas maravillosos que fundamentalmente han nacido de la iniciativa privada, estamos rodeados de “emprendedores”. Esto, bien hecho, es una bendición para cualquier sociedad. Pero cuando se hace como “moda” y porque “ahora toca” pues como que puede convertirse en un problema y no ser tan glamuroso como parece. Vamos por partes. En las economías de mercado, desde hace mucho tiempo, hay personas o grupos de personas que en un mo

Todos buenos por Navidad

Hace casi 35 años, los países "ricos", integrantes de las Naciones Unidas aprobaron una resolución para destinar el equivalente en recursos al 0,7% de su Producto Interior Bruto en ayuda al desarrollo. Básicamente se quería frenar la creciente desigualdad que había entre países económicamente potentes y países en vías de desarrollo, que fundamentalmente habían sido colonias de antiguos imperios. Como idea estaba muy bien. Pero eso, como idea. Nadie la ejecutó, excepto casos aislados en los países del Norte de Europa. Aquellos que se esforzaron algo más, llegando al 0,2%, utilizaron este "donativo" para condicionarlo a la exportación de otro tipo de cosas, léase armas, productos nacionales, o a la importación de materias primas del país de destino, léase petroleo, minerales, etc. Es más, se generó un burbuja creciente mezclando la ayuda oficial al desarrollo con deuda y recargando unos intereses leoninos de mercado de destino (no del mercado en

A dónde vamos...de dónde venimos

Conozco una familia que cada año hace algo excepcional. Algo único para los tiempos que corren. Son capaces los tíos de reunir, durante 3 días, en un viejo molino bautizado como “la casa rural”, a todo un ejército de amor. Desde los abuelos más mayores hasta a los recién nacidos de la familia. 50 – 70 personas cada vez, de los diferentes orígenes, padres, hijos, abuelos, tíos, primos, hermanos, etc… con la intención de compartir, disfrutar….UNIDOS en un fin de semana largo. Cada uno viviendo en lugares diferentes, con niveles socioculturales variados, educación distinta…no importa, hay una base común, se llama Historia. Cada año hay nuevas personitas que se incorporan a esta tradición y grandes personas que se van. A unos les enseñan esos valores que los unen y de los otros no se olvidan nunca. Pero siempre avanzando. Utilizando sus raíces, su origen, como motor de lo que hacen a futuro. Sabiendo que para mirar hacia adelante no pueden olvidarse de dónde vienen y cómo han llegado

Luchas internas

Todos las tenemos. Incluso las visualizamos como el angelito bueno y el diablillo malo susurrándonos al oído. Nadie escapa de esto, ni siquiera los más espirituales. El hecho de hacer algo que rompe con nuestros esquemas, nuestros principios, nuestros valores o nuestra zona de confort es lo que nos genera un debate con nosotros mismos. Incluso a veces el propio hecho de ser consecuente con un discurso (el que esté de moda) nos supone esa batalla. El juez más duro es siempre uno mismo. Son debates terribles en muchos casos. Nadie puede entenderlos mejor que uno mismo. Es intrínseco a nuestra existencia. Sentimientos, emociones, pensamientos…todo entra en la batidora y a veces nos deja inmóviles, nos asusta o incluso nos anula como personas. Romper la zona de confort y luchar con uno mismo es algo muy sano. A pesar de las heridas. Rara vez nos mata y casi siempre nos hace avanzar, fortalecernos. Esto supone arriesgarse, tomar decisiones. Eso que nos cuesta tanto a todos…

Si yo mandara...

En España vivimos 46,5 millones de personas según el censo de población de finales de 2013. Eso quiere decir que somos 46,5 millones de seleccionadores de fútbol, tertulianos, políticos, expertos en prima de riesgo, jefes de escudería de F1, jueces, periodistas y recientemente, incluso médicos, enfermeros y veterinarios por el tema del ébola y la posible o no transmisión de animales. Vamos, que somos gente cultivada. Sabemos de todo. Pues como jugamos a ser los más listos de la clase, hoy me voy a permitir serlo yo. Desde la humildad (como solemos decir) pero queriendo convenceros de que llevo razón en todo, que parece que es el deporte nacional. Tener la última palabra y llevar la razón…no se sabe muy bien con qué fin salvo “tenerla más larga”. En serio, os dejo algunas reflexiones y medidas que desde mi entender (que puede ser erróneo) son necesarias hacerse para darle la vuelta al Estado de Depresión Nacional en el que estamos y a la percepción tan negativa que ten