¿Qué está pasando?
¿Qué está pasando? ¿Este es el mundo que queremos? ¿Importa más la apariencia en una red social que el mostrarnos tal y como somos? ¿Por qué se “juzga” tanto a quien hace propuestas para mejorar nuestro día a día y se premia a los que filosofan y posturean sin crear nada? ¿Qué nos pasa? Vivimos en un blanco o negro permanente. Nos hemos radicalizado un montón. Prejuzgamos, juzgamos, rejuzgamos, desconfiamos. Pero eso sí, no hacemos autocrítica. Siempre hay alguien que “tiene la culpa”. ¿Qué coño nos pasa? Pasa que somos seres humanos, con emociones y presuntamente, inteligencia y con unas “mochilas” culturales y de creencias, miedos y valores, con la que cargamos desde que nacemos, en función de cuándo y dónde lo hacemos. Pasa que estamos condicionados y mediatizados por todo lo que nos rodea. Y nos decimos liberad@s o libres, y no nos lo creemos ni nosotr@s mism@s. Ser libre no es soltar serpientes en Twitter ni enseñar cuerpo en Instagram. Es algo más profundo. El bombard