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Mostrando entradas de julio, 2018

La picaresca nos limita...

España es un país maravilloso. Desde dentro ya nos encargamos de darnos caña constantemente, pero desde fuera envidian muchas de nuestras “riquezas” culturales, gastronómicas, sociales, naturales… Generalmente las valoramos cuando nos toca ir a otro país. Sin embargo, hay algo muy arraigado en nuestra cultura, quizás aplica a todos los países latinos, y que nos limita constantemente. En el caso de España es un “vicio” adquirido muy intenso. Es probable que durante siglos fuera un rasgo necesario para muchas personas si querían sobrevivir, pero hoy deberíamos exterminarlo de una vez. No nos ayuda. Es la famosa “picaresca”. La picaresca, que viene de picardía, es la capacidad para sacar provecho de una determinada situación, con sutileza, sin que se note y en muchos casos, en perjuicio de otra persona. Es la “mentirijilla piadosa”, el colarse en la cola o el meternos al final de la vía de desvío en la carretera, etc. Se confunde con la astucia, pero no lo es. Es querer ser el

Y les dijeron que no...

  A veces parece que se hace de noche y que "no valemos" para aquello a lo que nos gustaría dedicarnos. Otras veces parece que "el destino" confabula en nuestra contra. Pero no es así, es justo al contrario y sólo visto en perspectiva podemos entenderlo.      Para muestra he aquí algunos ejemplos de grandes figuras de diferentes campos, a los que en su momento les dijeron que no valían. Eso les motivó para creer todavía más en ellos y ellas mism@s.   -  "No tiene imaginación ni buenas ideas". Editor del periódico Kansas City Star cuando despidieron a  Walt Disney. -   "No sabe actuar, ni bailar...puede bailar solo un poco". Jueces del primer casting de  Fred Astaire . -     "Lo único que te interesa es cazar y capturar perros y ratas." Padre de  Charles Darwin  a su hijo cuando decidió abandonar la carrera de medicina. -     "A juzgar por la calidad del trabajo que ha entregado, usted nunca llegará a nada en

El futuro ya está aquí...

Martes, 8 de la mañana, suena una melodía tranquila en toda la casa. El asistente de hogar me da los “buenos días, David” con una voz pausada, relajante. Se trata de un panel empotrado en la mesilla de noche, con "herman@s" en otros lugares de la casa, réplicas modernas de aquel Hal 9000 de 2001, Una Odisea del Espacio. Me pregunta qué me apetece desayunar y qué programa de ducha prefiero hoy. Mientras tanto me hace un resumen de las noticias del día en función de mis intereses y sugiere algunos programas de radio o música de esa que me pone las pilas. Sólo con la voz sabrá qué persona de la casa le habla y configurará todas sus rutinas con las preferencias que elija. Rápido, inmediato, personalizado, fácil. Activa la configuración deseada de desayuno en la cocina y, mientras tanto, ayuda a los niños a ponerse en marcha. Un robot asistente lleva la ropa de los martes y les pregunta que tal han dormido. La ducha espera. He pedido el modo fragancia de mar y en las pa