Entradas

Mostrando entradas de septiembre, 2018

Quedarse a medias

Los seres vivos nacen, crecen, se reproducen (en general) y mueren. No hay medias tintas ni matices. La naturaleza es maravillosa, pero no perdona. Hay millones de posibilidades y de cosas que hacer en ese camino, aunque el destino final no cambia. Los seres humanos incluimos matices. Podemos seguir buscando el elixir de la eterna juventud o podemos disfrutar del regalo que se nos da. La vida hay que vivirla con la máxima alegría y explosión de energía posible. Cómo llegamos a la meta es un aliciente único e irrepetible. Lo que nos mata es quedarnos a medias. No me refiero a que ese ciclo vital sea corto a veces, que también, sino a que en ese recorrido nos quedemos en los tonos grises, sin ser coherentes con nosotros mismos. Por supuesto que cada un@ tendrá sus razones, todas legítimas, para pararse en el camino. Incluso para dar marcha atrás y seguir por otro camino. Faltaría más. El matiz está en si lo decidimos nosotr@s si se nos engañamos a nosotr@s  mism@s. No

Y lo que opinen los demás, está de más

El título del post es una frase de una maravillosa canción de Mecano por allá por 1986. Relataba el amor y la sensualidad entre dos mujeres en los años 80, cuando existía todavía una represión sexual importante en España y cuando la homosexualidad era una “enfermedad” sin cura para muchos. En la canción, su letra, maravillosa, venía a decir que lo importante era la esencia, el amor entre dos personas, en este caso dos mujeres, sin importar todas las opiniones en contra y prejuicios de la época. Años después, en 2005, en aquel mítico discurso a estudiantes de Stanford, Steve Jobs les aconsejaba que no malgastasen su tiempo viviendo la vida de otra persona. Era un discurso basado en vivencias personales y las de este genio de la innovación, en ese plano, habían sido bastante agridulces. Su mala relación inicial con su hija y su amargo carácter, sin duda habían pesado en la forma de relacionarse con los demás, a pesar del innegable talento. La de Jobs, era una afirmación ro