El Reino de la Mentira
Había una vez un Príncipe. Era muy dichoso. Tenía un reino maravilloso y una prometida a la que amaba con locura. Se conocían desde niños y su compromiso era de amor verdadero. El pueblo, cariñosamente la llamaba, Princesa. Eran tal para cual. Una pareja que reafirmaba la leyenda de la media naranja. Juntos sentían que cualquier cosa era posible. Un día fueron a montar a caballo. En una mala maniobra, la Princesa se cayó. No se podía mover. Los médicos la atendieron enseguida pero su lesión era muy grave. Lo más probable era que no pudiera volver a andar. El Príncipe estaba desquiciado. Ir a montar había sido idea suya. Sentía muchísima culpabilidad y muchísima preocupación por el amor de su vida. Decidió que había que hacer lo imposible para que se recuperara. Contrató los mejores médicos y fisioterapeutas para que la trataran. Ella estaba postrada en cama, en Palacio. Su pena era muy profunda. Estaba perdida. Pasada la tormenta de los primeros momentos, empezó la rehabil