Yo jugué a las chapas
Parece de otra vida. De hecho, es de otro siglo e incluso milenio. Y sin embargo, tampoco hace tanto. O, a veces sí, a veces no… Hubo un tiempo con dos canales de TV, sin teléfonos móviles, sin internet. Sí, sí, sin internet. Si aplicaciones, ni wasap. Cuando un amigo llegaba tarde al mítico McDonald's de Moncloa, uno se iba a una cabina de teléfonos y llamaba a su casa. A veces ni siquiera sabía el número y tenía que llamar a información, donde conseguían el contacto. Llamabas a casa de sus padres y les metías el susto del momento. <<Pues Luis ha salido hace 40 minutos, ¿Cómo que no ha llegado? Que me llame cuando esté allí>>. Y llegaba. Explicaba que el metro se había roto y que si la abuela fuma y cagando leches se iba a la cabina otra vez a llamar a la madre, al borde del colapso ya. A veces, incluso metiéndole prisa a quien estaba ocupando la cabina de cháchara con alguien. Porque a las personas que nos gustaban, las llamábamos desde la cabina, para que “nadie”...