Dejar huella
Momentos que nunca se olvidan, personas que no salen de nuestra cabeza, personajes que nos inspiran, enseñanzas que se graban a fuego…todo ello forma parte de lo mismo: aquello que es capaz de conectar nuestra cabeza, nuestro corazón y nuestra alma. Nos deja una marca, una huella. Vivimos en una sociedad hambrienta de referentes que nos inspiren. No queremos iluminados, queremos líderes que desnuden nuestros “complejos” colectivos y nos motiven a recorrer un camino juntos. Necesitamos generales que no precisan de armas para ganar batallas. Buscamos personajes que dejan una pisada imborrable que todos queramos imitar. Y estoy convencido que llegarán. A pesar de la lupa con la que miramos al prójimo en este siglo XXI, estoy convencido que llegarán. Aquell@s que conecten con lo más básico que compartimos como sociedad, nos inspirarán y sacarán de este letargo en el que parece que nos hemos quedado. Para dejar huella no hace falta “salvar el mundo”. La necesidad colectiva no...