Pobreza, "tercer mundo" y TU y YO

“Economía: Ciencia que estudia los métodos más eficaces para satisfacer las necesidades humanas materiales, mediante el empleo de bienes escasos”.
Sí, oís bien, escasos. Los recursos del planeta no son ilimitados, son escasos. El petróleo, el gas, el coltán… no son infinitos. La economía estudia como asignarlos de forma más óptima para el hombre.
Obviamente falla. No me gusta la hipocresía con la que se están tratando algunos temas, como Somalia, en las redes sociales. Esto no debe ser motivo de un “debate” de moda. Es un problema de todos.
Sí. El problema de Somalia (y no voy a citar más países porque sino esto sería interminable), es un problema de todos. De los líderes, por supuesto, de los gobiernos de estos países que son corruptos, por supuesto, de gente bien posicionada en estos lugares que son condescendientes con la situación de su pueblo, por supuesto,  y de ti y de mí. Sí, de ti y de mí. De la “gente pequeña”.
La asignación de esos recursos no es óptima por culpa de los líderes (es lo que más nos gusta, echar balones fuera hacia ellos), pero sobre todo,  porque ni tú ni yo estamos dispuestos a renunciar a la mitad de lo que tenemos para hacer una asignación eficiente. Ni tampoco estamos dispuestos a prestar esos recursos a un pobre porque no nos lo va a devolver o eso pensamos, ¿no?
El informe del desarrollo humano, del PNUD (Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo) mide, no solo la riqueza en términos monetarios, sino en otras variables tipo educación, sanidad, consumo, etc… (http://hdr.undp.org/es/). Este informe pone de manifiesto (esta es mi conclusión) que la pobreza o el “tercer mundo” existe porque hay países “ricos” que acuerdan con gobiernos (corruptos en gran parte) de países “pobres” la apropiación de recursos de forma “injusta” para esos pueblos de tal manera que tú y yo tengamos un estado de bienestar que, a pesar de esta crisis atroz, ellos nunca podrán ni soñar.
Y esto amigo lector,  no es problema del político solamente. Es tuyo y mío. Y hay que cambiarlo. Hay que cambiarlo no por un ataque de moral que me haya dado a mi (quien soy yo para dar consejos) sino por un ataque de egoísmo. Me explico.
Si el 80% de los recursos del planeta los consumíamos el 20% de la población (tú y yo) y esto ya era así cuando quedó por escrito en el manifiesto de los premios Nobel de la cumbre del milenio, ahora, que hay dos mil millones de personas más en el mundo, el grado de asfixia de ese 80% de población es aún mayor. Esto produce movimientos migratorios en masa (ya los veis) y en último término, conflictos (os recuerdo que aunque sea muy cruel decir esto, las guerras acaban siendo estabilizadores económicos).  
Hace unos años, unos cuantos salimos a la calle con el lema “0,7% y +” (también se politizó y diluyó el movimiento). El 0,7% no es nada, NADA. Alivia, pero no soluciona. Igual pasa con  tele maratones o con otras iniciativas de recaudación. Lo peor es que parece que aportando algo de dinero liberamos parte de nuestra conciencia para hacer un mundo mejor y trasladamos el resto de responsabilidad a instituciones y políticos.
Pero lo importante no es el dinero sólo, lo importante está en el “+”. Debemos tomar conciencia de ello no sólo cuando vemos imágenes de niños desnutridos de Somalia una semana y lo convertimos en tema de debate o en “trending topic”. Hay que tomar conciencia y acciones constantes, que no se diluyan como si fuera una moda. Vamos tarde y la situación es insostenible. Somalia lleva así más de 30 años, al igual que Congo, Zambia, Etiopía, Zimbawe, Ruanda…. No son modas, son vidas.
Por favor cuando hablamos de pobreza o tercer mundo no descarguemos el problema sobre otros. Nosotros también lo somos. ¿Os imagináis a vuestros hijos en una de esas fotos?. Durísimo verdad. Durísimo. Por eso hay gente que hasta se juega la vida en una patera, para no hacerlas…
Hasta aquí una opinión quizás muy pesimista. Pero ya me vais conociendo. TIENE SOLUCIÓN. LA TIENE.
Hay personas laicas y no laicas, que se dejan la piel porque las situaciones mejoren (estos también son “perroflautas” y “jmj”). Hay emprendedores con proyectos sociales que toman iniciativas para generar riqueza en esos países (nunca va a ser suficiente si la asignación de recursos sigue tan desigual, pero sí contribuirá a que la situación mejore significativamente). Hay empresas con acciones de responsabilidad social de gran impacto (en cuanto a mejorar la situación y en cuanto al efecto de marketing que se llevan).
En definitiva, hay acciones. Y todas son importantes. Hay una acción pendiente, que es la de los grandes “poderes fácticos” que deben de una vez tener actitud de verdad para resolver el problema, en vez de velar por sus intereses propios.
Pero la principal acción es que tú y que yo seamos responsables con esa asignación de recursos y tengamos en cuenta que el empobrecimiento extremo de unos viene por el enriquecimiento de otros. Si actuamos en consecuencia el resto de eslabones de la cadena que vienen después también lo harán…
Depende de nosotros. ¿Te apuntas?

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