Spain is different, España es diferente


La verdad es que el post que iba a publicar hoy se llamaba “el mito del elevator pitch” pero es que, como oí una vez a un rockero, dado el panorama musical de alrededor no me ha quedado otra que volver.

Pues sí, somos diferentes en muchas cosas. Ni romanos, ni árabes ni franceses ni siquiera las dictaduras internas han podido con nosotros. Ni los reyes despreocupados de siglos ha, ni los gobernantes irresponsables del presente y del pasado.

Nadie ha podido con nosotros. Que se lo digan a Asturias por ejemplo, tierra jamás conquistada por los innumerables invasores que han pasado por aquí.

Nadie ha podido. Recordarlo. Nadie.

Y sin embargo el peor “enemigo” de nosotros somos nosotros mismos. Es el único que puede tumbarnos y que para mi asombro, lo está haciendo. De momento nos tiene en Estado de Depresión Nacional y la cosa va subiendo.

Todas las mañanas oigo un programa de radio en que un tío que me cae bastante bien no para de dar caña en su discurso de las 9 sobre lo corrupto del sistema y el inmovilismo de nosotros los ciudadanos. Y no le falta razón, pero quizás estamos perdiendo el foco.

Por aquí pasaron muchos y no nos pudo nadie porque siempre estuvo claro el foco. El poder residía en el pueblo y era el pueblo el que marcaba su destino. Llevaba siglos conseguirlo a veces pero la semilla siempre estaba ahí, nunca se pudría. Nunca desaparecía.

Estamos ante la ocasión de nuestras vidas. Tenemos un país por reconstruir, con la suerte de que no es porque hayamos estado tres años de bombas matándonos. No, no es por eso, es porque tenemos un sistema que es débil, que necesita cambios en la base, en la estructura y que debemos arreglar, sin poner más parches.

Nuestra “movida”, por la que después ha venido todo lo demás, ha surgido porque muchas personas poderosas irresponsables han jugado al monopoly con los bienes reales de la gente. Fuera y dentro de nuestro país. Este es el origen de todo.

Y en ese origen también estamos nosotros, la gente de a pie, las hormiguitas. Nosotros hemos participado de ese monopoly porque la cosa progresaba, de una manera ficticia que quizás no entendíamos, pero progresaba. Y nosotros nos apuntábamos al carro.

Bueno, pues eso ya ha pasado. Los señores malignos, el sistema perverso y las actitudes de muchas personas nos han traído hasta aquí. No hay que darle más vueltas. Los malos lo pagarán, tarde o temprano, pero no perdamos el foco.

Empezaba diciendo que sobrevivimos a múltiples “hecatombes” en nuestro país, y eso era porque nunca se perdió el foco de donde estaba la verdadera fuerza de nosotros como comunidad, como nación.

No la perdamos ahora. El foco no es meter a los poderosos en la cárcel. Repito: los que tengan que pagarlo lo pagarán, de una u otra forma, tarde o temprano. Estoy seguro.

El foco ahora es aprovechar la oportunidad de poder quitar todos los parches y reconstruir la casa. De cambiar el sistema educativo, el sistema productivo, la organización del Estado, las administraciones públicas, la inmunidad de determinadas instituciones, etc. Ese es el foco. El foco es que nosotros, los que tenemos la fuerza, podemos cambiar las bases, para que a medio plazo (esto exige sacrificios, pero mirar los que ya llevamos) nuestros hijos y nosotros mismos podamos mirar al futuro con ilusión. Nosotros tenemos una oportunidad histórica para hacerlo, ese debe ser el objetivo.

Toooodos los días en las redes sociales, en la tele en el trabajo en todas partes oímos los comentarios negativos sobre todo lo que pasa. Es una vergüenza sí, lo es. No es posible que nuestro país se lo estén dilapidando una mafia de chorizos y malnacidos. Pero no es el foco, ellos no son nada sin nosotros.

Si queremos lamentarnos salgamos a la calle de verdad, no 100 personas o 1000 sino millones juntos y forcémosles a irse (me da igual el color). Pero si eso no sucede (ni nosotros nos ponemos de acuerdo) hagamos otro tipo de revolución, la de cambiar el modelo “de siempre” por cosas que sean nuevas y reporten riqueza al país a medio plazo.

Os doy una idea. En un mundo global, como en el que estamos, donde la tecnología cuenta mucho, hay claros ejemplos de referencias tecnológicas como Estados Unidos en América, como Corea del Sur, Japón y Singapur en Asia como Israel en Oriente Medio, Como la India a nivel global, pero ¿cuál es la referencia en Europa o en África o en Oceanía?. ¿Es suficiente con lo que hay?

Apostemos por ello. Reconvirtamos el modelo del ladrillo y de la subvención de sectores en declive a un modelo donde las personas tengan futuro. Reciclemos a los trabajadores (que lo son y muy buenos) de sectores que no aportan, reescribamos la política cultural y educativa y orientemos el país a ser puntero en tecnología, en software. Hagámoslo compatible con el turismo y con otras grandes cosas a nivel servicios que tenemos, pero pongamos un objetivo, un foco. Eso depende de nosotros.

Otra idea, cambiemos el modelo de relación de Estado que no funciona. Que nadie me entienda mal, yo soy catalán y por supuesto español, pero no estoy ciego. No funciona. Y no funciona por el reparto del pastel y cómo eso afecta a la gente. Hay que cambiar la ley del funcionariado, la Constitución y la regulación de las administraciones públicas. Hay que quizás ir a un modelo más centralizado o quizás a uno federal pero tengamos el debate. Nosotros, los ciudadanos.

Propongamos nosotros qué queremos ser, que los del Parlamento y el Senado están muy ocupados con otros temas que nos avergüenzan cada día. Elevemos nosotros a los políticos que, de verdad, sí están por la labor de pelear por nosotros. Los hay, por supuesto que los hay, y estoy seguro que son la mayoría silenciosa.

Silenciosa…quizás ese es el problema…

Lo que os quiero decir con todo esto es que hay oportunidades únicas ahora y se nos está yendo el foco y pasando el tren. Tenemos opciones de crear, de redefinir nuestro futuro pero mientras malgastamos el tiempo lamentándonos y echándonos la culpa no pasa nada.

El futuro está en nuestras manos, sólo en las nuestras…

Comentarios

Entradas populares de este blog

Cuando seas padre comerás huevos

Se nos está yendo la pinza

El arte de comunicar