Otra vez la confianza


Hace tiempo escribí sobre la confianza. Probablemente es uno de los mayores activos de una persona o de un colectivo.
 
La confianza es algo intangible muy difícil de medir. Lo único claro es que se necesita mucho tiempo para construirla  y  debe ir acompañada de hechos, que conviertan las palabra en creíbles. Sin coherencia no hay confianza.
 
Cuando se cuenta con ella es un arma potentísima. En la familia, en el trabajo en las relaciones individuales, colectivas.... Y aplica en todos los ámbitos, en los indivíduos, en la sociedad, en las instituciones...
 
Claro la teoría es muy fácil. Pero somos humanos. No somos perfectos y tenemos nuestras limitaciones y nuestras "tentaciones" para dañar esa confianza.
 
Las personas, la sociedad, siempre tienen expectativas sobre otros a quien se otorga la confianza.  Se les da un tesoro y se les pide que lo administren bien, porque no es un tesoro suyo, es nuestro, de cada uno de nosotros. Si cumple con esa expectativa, nuestra confianza en ellos se refuerza, pero si no percibimos que es así llega una gran desilusión. Dudamos si esas personas o instituciones son dignas de seguir guardando nuestro tesoro.
 
La confianza se puede perder en un segundo. Por un gesto, por una mirada, por una palabra...y fundamentalmente por los hechos. Es algo que hay que alimentar cada día y que no entiende de vivir de las rentas.
 
Cuando llega la desilusión sólo queda levantarse. Reflexionar sobre si hacemos una montaña de un grano de arena y seguir. Tener en cuenta que todos, todos sin excepción "fallamos" muchas veces a los que depositan su confianza en nosotros. La mayor parte de ellas sin querer, o por malentendidos que se acaban embarullando más y más. Nadie está exento de esto. No seamos injustos con los demás si antes no somos críticos con nosotros mismos.
 
Y si concluimos que los demás deciden minarla a propósito, que lo hacen con conocimiento, entendamos sus razones. Si no nos convencen entonces no hay más que hablar, la vida sigue. Probablemente les retiraremos ese tesoro porque no lo saben valorar y habrá que continuar, sin lamentos ni cabreos innecesarios.
 
La confianza también mueve lo que parece que es la razón de existir del mundo actual, la pasta. Esto da para 50 post más, pero no voy a entrar en el debate hoy. Sólo lo dejo ahí, la pasta lo mueve todo, desgraciadamente.
 
Pero si entramos en ese ámbito se convierte en algo esencial y más en un mundo global como este. Si el americano pierde la confianza de sus socios el mundo se constipa o si el italiano o el español no cumplen las expectativas económicas  que el resto tiene depositadas en ellos son penalizados fuertemente.
 
Igual con las empresas o con las marcas. Si no cumplen la promesa de valor que nos venden nos enfadamos. Si encima no nos resuelven el problema la confianza dinamita nuestra relación con ellas y pasamos de ser clientes a no volver nunca. Nos pasa a todos constantemente.
 
Es todo cuestión de confianza. Te quita y te da unos Juegos Olímpicos por ejemplo.
 
Estoy seguro que a nivel colectivo todos podemos aportar un granito de arena para que la percepción que se tiene desde fuera cambie...y sin embargo parece que siempre es responsabilidad de otros y no va con nosotros.
 
Pero... ¿Y si todos aportáramos la misma energía que aportamos en lo que nos interesa para que esto pasara? Posiblemente nos beneficiaría a todo un país...
 
¿A qué esperamos?

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