Ser pesimista es más fácil

Los que os leéis mis paranoias en este blog ya me vais conociendo. Sabéis que me gusta ver las cosas de manera optimista. Prefiero ver el vaso medio lleno que medio vacío, siendo consciente de que nunca será nada perfecto.

Pues bien, para variar y  hacer caso a muchos de vosotros, voy a intentar ser objetivo y por tanto, según muchos, realista o pesimista.

Está claro. España es "una mierda". Perdonarme la expresión, pero eso es lo que se deduce de todo lo que veo. Corrupción, políticos, realeza, explotación de los grandes, inmovilismo de la gente, parsimonia del sector público en general, agresividad de Europa. Todo hace que nuestro país sea "una mierda". Nadie está a la altura.

No hay solución. Hay que irse a los países de alrededor que son perfectos comparados con el nuestro o quemar las naves y arramplar y especular todo lo que podamos (como hacen los demás, argumento que forma parte de nuestra cultura).

No nos hacen falta anuncios sensibleros de si se nace o se hace o gaitas varias. Somos un desastre. Sin liderazgo, sin espíritu, envidiosos, mirando siempre al vecino…

No hay solución.

Resulta que si había cosas imposibles.

Fin de la historia. Emigremos a países serios.

Esto es lo que veis muchos y lo que llamáis realismo, ¿no? Qué fácil es ser pesimista o realista.

Pero un momento. ¿Qué países serios? ¿Esos donde la sanidad es privada o semipública?. ¿Aquellos donde la educación universitaria es elitista?.... ¿Es que en ellos no hay corrupción, y déficit y recortes y nacionalismos...? ¿Es que no tienen sus problemas como nosotros? A lo mejor no son tan “molones” como dice el anuncio.

Y digo yo.  ¿De verdad que lo nuestro no tiene solución?.  

Somos un pueblo de más de 500 años de existencia unificada y de más de 1000 años de Historia. Un pueblo que ha vivido decenas de guerras y guerras, de dictaduras o soportado reyes déspotas con sus compinches corruptos. ¿No tiene solución. No aprendimos nada?

Ah, es cierto, perdonar. Eso está en los libros. No estábamos allí. Ninguno estábamos en Numancia o  fuimos conquistadores del nuevos mundos. Es cierto. Esos eran de otra pasta, no como nosotros que somos unos “blanditos”.

¿Sabéis que España, este sitio que os molesta tanto a algunos, es el lugar donde se realizan más donaciones de órganos del mundo?. ¿Sabéis que nosotros recibimos y acogemos como si fuera su casa a más de 55 millones de personas al año? ¿Sabéis que este país “de mierda” es líder en solidaridad con los demás a nivel mundial? ¿Sabéis que estamos a la vanguardia de múltiples actividades empresariales? ¿Sabéis que somos  admirados en todo el mundo por nuestra manera de vivir, de respetar de luchar?… ¿Lo sabéis?

¿Os acordáis de momentos como el atentado de Miguel Angel Blanco, el del 11-M, el de las guerras de Oriente Medio, el del Prestige, el de los trenes de Galicia, el del Terremoto de Lorca? ¿Cuánta gente salió a la calle ou ofreció lo que tiene por ayudar a los demás? ¿De verdad somos un país “de mierda”?

¿Sabéis?. El problema no es que estemos hartos y hastiados de los chorizos (y volverme a perdonar la expresión) e hijos de puta que han saqueado el país y especulado a costa de las clases medias. El problema no es de esos a los que no les pasa nada y por tanto viven de rositas, cabreando al resto y metiendo a toda una nación en un estado de depresión y letargo profundo, donde el único recurso es patalear y quejarse.

El problema no son esos. 

El problema somos nosotros. Los que nos hemos quedado aletargados. De los 45 millones que somos, cuantos, ¿5000? ¿10000? son los que nos están haciendo la vida imposible y arramplando con lo que pillan. Y el resto, los 44,99 millones que, ¿miramos? ¿Nos quejamos en twitter?

El problema es que ha llegado la hora de tener valor y dar un paso al frente. No vale con unos cuantos chavales o unos sindicatos manipulados. No vale con el sector sanitario cuando hay recortes, el de los funcionarios cuando se quedan sin paga,  el de los medios cuando los cierran y así.

No Vale con eso.

Tenemos que hacernos una revisión total. Nosotros. Ser autocríticos.

Uno va a un ministerio o a un organismo público o a un hospital y ve cosas maravillosas. Pero ve cosas que no pueden pasar, y depende de las personas, de nosotros. Hay que tener el valor primero para cambiar eso, para que el compañero de al lado reprenda al que está extralimitándose. Hay que tener el valor para que nosotros hagamos lo mejor posible cada uno de nuestros trabajos y respetemos al máximo a los que están a nuestro alrededor.

Y después hay que tener el valor para salir a la calle todos juntos, los 45,99 millones y decirle a esos 10000 malnacidos que se vayan a la mierda, que emigren ellos, que no los queremos. Tenemos que conseguir que se cambien las leyes para que se pudran en la cárcel. Hay que cambiar las leyes para que los que son irresponsables gestionando lo que es de todos lo paguen, pero lo paguen de verdad.

Necesitamos estar juntos en esto. Olvidarnos de las dos Españas (la mayoría tampoco estuvimos allí) y construir. Vale ya de la queja continua de la crítica desmesurada del pesimismo gratuito. Vale ya hombre.

Ya está bien.

Uno sólo es capaz de encender una chispa. Muchos juntos son capaces de cambiarlo todo. Basta con que haya uno para que el resto se enganche. Aquí y ahora somos muchos lo que queremos que las cosas cambien pero estamos en nuestro sillón cómodamente viendo los programas solidarios Navideños y el buen rollito aparente de estas fiestas. Sin embargo nadie puede apagar nuestro deseo de que cambie y sólo cuando vemos algo muy grave nos hierve la sangre.

Pues amigo@s. No esperemos más. Empecemos con los cambios a nuestro alrededor y constituyámonos en asociaciones civiles que vayan a la calle en millones, que les digan a los “líderes” actuales que se piren y que sean capaces de construir. Que sean capaces de ganarles una batalla en las urnas y enseñarles que al pueblo no se le puede callar, por mucha crisis o cortinas de humo nacionalistas que nos quieran vender.

Nuestro país nos necesita. Un futuro para nuestros hijos nos lo exige. No puede pasar de 2014.

Ese es mi propósito para el nuevo año. Ojalá haya más que lo tengan…

Feliz 2014

Comentarios

  1. Hola David,
    no te conozco mucho, pero me sorprende la fuerza y las ganas que tienes de cambiar el mundo, sobre todo las injusticias que nos rodean. Admiro que en este blog compartas tus ideas, e intentes despertar a un colectivo dormido al que pertenecemos la mayoría. Gracias por hacernos partícipes de tus reflexiones.
    María.

    ResponderEliminar
  2. Muchas gracias María. Todos tenemos nuestros malos momentos pero lamentarse o dormirse no ayuda. Mejor intentarlo y buscar la sonrisa. Si otros pueden, por qué no nosotros?. Mil gracias por tu comentario

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Cuando seas padre comerás huevos

Se nos está yendo la pinza

El arte de comunicar