Nadie es perfecto
La Historia del hombre se escribe con
personajes que nos inspiran.
Todo hemos oído cosas de aquellos personajes
que inspiraron a sus contemporáneos. Leyendas, anécdotas, realidades… Personajes
que trascendieron más allá del tiempo llegando su legado hasta hoy. Héroes,
mitos o simplemente líderes que movilizaron a otras personas. Y en todos los
ámbitos, política, deporte, religión, ciencia...
Sin embargo, os voy a contar un secreto que aplica
a todos ellos. Sin excepción. Muy fácil de entender: ninguno era perfecto.
Tampoco los actuales, aunque eso tampoco es difícil. Nos ponen el listón muy
bajo, pero ese es otro tema.
Y no eran perfectos por una sencilla razón. Ningún
ser humano lo es. Ni siquiera tú que estás leyendo esto. No nos libramos ninguno.
Claro, en tiempos remotos (y no tanto) no existía
la exposición pública que existe hoy. Seguramente existirían las "redes
sociales" de la época, pero reducidas al entorno más cercano, al cotilleo
y al cuchicheo de la cohorte, del pueblo, del portal…no a la exposición de
internet ni a la velocidad y potencia de hoy día.
Cualquier
personaje que destaca, que inspira, se
posiciona ante determinadas cosas. Y eso genera simpatías y antipatías y por
tanto se expone a ser "juzgado" a través de muchos canales. Hoy esos
canales tienen una potencia infinita y cualquier mínima falta o incoherencia de
estos personajes “públicos” es inmediatamente conocida por todos.
Y es que
señor@s, no
pidamos a los demás que sean perfectos, que no se equivoquen si nosotros no somos capaces de hacer lo mismo. Disfrutemos de
nuestras imperfecciones. No seamos tan hipócritas como para juzgar los "pecadillos"
que nosotros no perdonamos.
Está
claro que hay que tener en cuenta la importancia relativa de las cosas.
Conceptualmente, robar está mal, pero no es lo mismo robar caramelos en una
tienda que ser un corrupto defraudando miles de millones. Las dos cosas merecen castigo pero no ajusticiemos al de los caramelos de la misma manera que al otro. Tenemos que a prender
a medir en ese sentido.
A lo
mejor lo he entendido mal y el tema va de ser inteligente, guapo, simpático y
comunicar muy bien para que no te "cacen" en un renuncio. Quizás es
eso y no nosotros yendo "a pillar". Quizás hoy día es necesario tener
todo. Si es así, la tecnología, que tanto nos ayuda, va a ser el principio de
nuestra decadencia como especie. Nunca encontraremos la perfección.
Y no me refiero con lo de “público” a
los que tienen un alcance de millones de personas. Hoy no hace falta. Basta un
profesor, un médico, un taxista….da igual. En el momento en que su entorno
crece y se expande por la fuerza de las redes sociales, su exposición aumenta.
Básicamente todos estamos hoy sometidos
al "juicio mediático". Por
supuesto unos más que otros.
Eso sí. Ninguno nos acordamos de
nuestras propias incoherencias como seres humanos. Les pedimos la perfección a
aquellos que destacan y si no los destronamos en un abrir y cerrar de ojos.
Personajes como Jesús, Buda, Einstein, Alí, Kennedy, etc. no hubieran durado ni
dos telediarios a sus enemigos con el nivel de exposición actual. Las
redes sociales y los medios de comunicación los hubieran dejado “apañados”.
Nuestra sociedad está “herida de bala”.
No es superficial aunque puede salir adelante. Para ello hay que empezar a
pensar con el corazón y ejecutar con la cabeza. Dejarnos de tanta moralina e
hipocresía y posicionarnos en que somos y qué queremos ser. Vivimos compitiendo
constantemente y quejándonos pero eso sí, cuando tenemos a alguien que nos
ejerce respeto entonces todo es maravilloso. No conseguimos ser nosotros mismos…
Para colmo, parece que se nos han caído
todos los mitos y que cualquiera que sobresale y es capaz de alinear a
personas, de hacerlas creer en algo, de generar confianza, etc, siempre va a
tener un punto débil en el que se le podrá atacar y más aún con la facilidad de
encontrárselo hoy día. Los líderes nos duran dos telediarios porque enseguida
les buscamos el defecto, que lo tiene. ¡¡¡Por supuesto que lo tiene!!!
Nosotros mismos limitamos la capacidad
de tener esos líderes porque les pedimos algo que no pueden darnos. Les pedimos
ser lo que nosotros no nos atrevemos ser…
Hay que ponerle más corazón al tema. No
dejarse llevar por tratar de desacreditar cuando alguien no piensa con nosotros.
Se trata de valorar a las personas por lo que aportan a los demás, por sus
coherencias y sus incoherencias y no por lo que diga google o alguien en un
foro sobre pepito.
Todos somos importantes. Todos tenemos
una historia y unas capacidades. Podemos inspirarnos en otras personas y eso
ayudarnos a desarrollar todas esas capacidades. A perder el miedo y a ser
coherente con nuestras creencias al igual que lo son esos a los que admiramos,
con debilidades, por supuesto, pero con conexión entre los hechos y las
palabras.
No nos limitemos tanto perdiendo el
tiempo en señalarnos...Las “malas personas” lo acaban pagando, de una manera u
otra. No les demos tanta importancia y centrémonos en los buenos.
¡¡¡ Nos queda mucho por
hacer!!!
Comentarios
Publicar un comentario