El empresario no tiene cuernos…ni rabo
Los que me conocéis ya sabéis que me apasiona el mundo de los emprendedores. Sabéis que uno también ha tenido sus experiencias y ha aprendido mucho de ellas. Hay varios post de este blog dedicados a ello. La palabra emprendedor desprende glamour, valentía, romanticismo. Es el Robin Hood que se la juega para aprovechar el nuevo mundo tecnológico que se abre ante nosotros. Se asocia a juventud y a algo “molón”. Sin embargo los que habéis vivido el tema sabéis que no es así. Sabéis que el destino de un emprendedor, y su razón de ser, es desarrollar una idea, ponerla en marcha y, o bien vendérselo a otro e ir a por la siguiente aventura o bien gestionar el paso en el que la idea empieza a tener volumen y el emprendedor se convierte en empresario. Y si eso no sucede está el destino del 99% de las ideas que se pretenden desarrollar, que no es otro que la desaparición. Miento si digo que es tiempo perdido, porque no lo considero así. Es tiempo consumido en otro tipo de aprendi...