Saber comunicar: la clave del éxito
Cuenta
la leyenda que El Cid Campeador ganó una batalla ya muerto, cuando sus
incondicionales decidieron atarle al caballo y mostrarlo al enemigo, pareciendo
que dirigía a su ejército. Esto desconcertó a las tropas árabes en el sitio de
Valencia donde Ben Yusuf había dado orden de hacer correr la voz entre sus
tropas de que Rodrigo Díaz de Vivar había muerto en el combate del día anterior.
Cuentan
los libros de Historia que Martin Luther King dijo una vez “I have a dream” ante
25.000 personas y ese mensaje, en un discurso que alineaba deseos y realidades
y que estaba perfectamente estructurado en el tiempo (pasado, presente y
futuro), consiguió movilizar a la sociedad americana y superar el generalizado
conflicto racial que había en Estados Unidos.
Cuenta
la fe que un “revolucionario”, Jesús de Nazaret, anduvo por Oriente Medio hace
veinte siglos y fue capaz de cambiar el estatus quo de todo un imperio, como el
romano, con sus dotes de comunicación y la red de distribución de su mensaje.
Un mensaje de Amor, inusual en aquellos tiempos, que caló entre los sectores
más desfavorecidos de la población.
Cuentan
las crónicas deportivas que un tal “barrilete cósmico” doblegó a toda una
Selección Inglesa gracias a la “mano de Dios”, hecho que sigue aún hoy en
nuestras retinas y resuena en nuestros oídos gracias a la imagen ofrecida por
TV y a la narración inolvidable de Víctor Hugo Morales, el periodista que puso
alma a tan maravilloso espectáculo.
Cuentan
los mercados financieros que cuando algún dirigente de renombre o responsable
de un área macroeconómica habla, las Bolsas del mundo reaccionan. Por ejemplo,
Mario Draghi con su famoso anuncio de los estímulos monetarios con la compra de
Deuda Pública por parte del Banco Central Europeo. Ese día las Bolsas se
dispararon.
Cuentan
en Hollywood que cuando el bueno de la peli hace el discurso adecuado, cambia
la dinámica de todos los de su alrededor. Gladiator, Brave Heart, Los 300, Un
Domingo Cualquiera...
Todo
esto tiene un nexo común. Es el poder de la comunicación, en su más amplio
sentido. Durante cuarenta siglos de Historia, más o menos documentada de la
Humanidad, la comunicación ha sido clave para el desarrollo de los pueblos. Ha
conquistado territorios, ha producido sufrimiento, ha generado felicidad, ha
ensalzado líderes y ha estimulado progreso. Sólo comunicando se ha conseguido
avanzar. No vale con el “simple” hecho de que algo suceda, es necesario
anunciarlo, contarlo.
Claro,
no siempre se ha contado toda “la verdad”. Dicen que la Historia la escriben
los vencedores y es cierto que a veces esa comunicación ha sido sesgada, con
una única visión. Quizás no había medios para que fuera integral.
En
esos cuarenta siglos, comunicar ha sido clave, pero es que en el siglo cuarenta
y uno es mucho más necesario que nunca. Si hasta ahora era un bien “escaso” y
prácticamente innato de unos cuantos, ahora es una “commodity” que debe ser
desarrollada por todos. Quien no sepa comunicar no va a poder acceder a las
oportunidades que el nuevo mundo ofrece.
La
comunicación tiene muchas aristas. La verbal, la física, la emocional. Los
nuevos líderes reciben horas y horas de formación en saber expresarse en
público y en cómo gestionar su lenguaje corporal. Es clave a la hora de gestionar
equipos y proyectos.
En
el nivel más expuesto de Gobernantes o personas de gran relevancia, se incluyen
en sus equipos de trabajo unos expertos en estilismo y en imagen, capaces de
alinear la “puesta en escena” pública con el contenido de su mensaje.
Los
niños, en muchas escuelas del mundo, aprenden desde pequeñitos a hacer
exposiciones a sus compañeros. Las “asambleas” de los pitufos. Donde el
objetivo es que sepan enfrentarse a contar cosas ante una audiencia. Por
supuesto hay quien tiene habilidades innatas y lo hace con mayor naturalidad,
pero todos acaban aprendiendo como presentar en público.
Hoy
día hay herramientas comunicativas muy potentes. Las redes sociales y el mundo
internet nos acercan más a todo lo que nos rodean y democratizan la capacidad
de comunicación de todo el mundo. Cualquiera puede hacer un video blog o
exponer sus argumentos en público sobre cualquier tema a través de las redes
sociales.
Tienen un papel fundamental. Hemos pasado todos a ser “personajes públicos”, nos guste o no. Bien porque tenemos nuestros propios perfiles o bien por las referencias que hacen otros sobre nosotros. Pero nuestro nivel de exposición es cada vez mayor y con una inmediatez jamás vista en el pasado.
Tienen un papel fundamental. Hemos pasado todos a ser “personajes públicos”, nos guste o no. Bien porque tenemos nuestros propios perfiles o bien por las referencias que hacen otros sobre nosotros. Pero nuestro nivel de exposición es cada vez mayor y con una inmediatez jamás vista en el pasado.
Desde
mi punto de vista es importante ser uno mismo. No se trata de ser más cool, más
guay o ir con la tendencia de turno. Ni tampoco ser más chungo o malote. Ni
aparentar lo que no se es. Se trata de ser uno mismo. Tal y como actuemos, así
nos verán. Mejor no pretender ser quien no somos.
Comunicar es vital. Junto con las habilidades digitales es y va a ser uno de los elementos clave para optar a las mejores oportunidades profesionales, y también personales.
Comunicar es vital. Junto con las habilidades digitales es y va a ser uno de los elementos clave para optar a las mejores oportunidades profesionales, y también personales.
Hay
algo que ninguna herramienta de comunicación puede igualar. Comunicar requiere
habilidades, que se tienen o se adquieren, pero también requiere pasión, alma e
inteligencia emocional. Requiere hacer con el mensaje lo que hace un actor con su personaje,
envolverse en él, mimetizarse y ser capaz de interpretarlo como si fueran la
misma persona.
Y
es aquí donde está lo diferencial. No se trata de aprender muchas técnicas de
cómo exponer en público, ni de parecer más interesante que nadie, ni de que un
estilista nos prepare la puesta en escena. No, no se trata de eso, se trata de
que cuando comunicamos lo hagamos con el corazón, que el mensaje tenga alma,
porque creemos en ello y porque lo disfrutamos. Esa es la clave.
En
todos los ejemplos mencionados al principio hay una característica común. Su
pasión y la confianza que inspiran porque creen a ciegas lo que dicen. Y es que
comunicar tiene mucho de generar credibilidad a través de la confianza. Es muy
importante creer lo que se dice, y contarlo como se lo contarías a un amigo
tomando una caña, sin caretas.
Si
no os habéis puesto las pilas con esto ya podéis daros prisa. En los próximos
años va a ser clave. “Digitalizarse” y saber comunicar van a ser los elementos
imprescindibles para desarrollar nuestras vidas profesionales e interactuar con
los demás en el nuevo mundo que tenemos delante.
Las
personas jamás dejaremos de serlo. Nuestras emociones son insustituibles. Pero
sí que la tecnología nos va a convertir en “personajes públicos”. Ya pasa con
las redes sociales. Y sí que determinados automatismos (recomendaciones de
plataformas,estrategias de marketing automatizadas, etc) van a condicionar
comportamientos futuros y cambiar nuestros hábitos en muchos sentidos. Pero
insisto, jamás podrán sustituir nuestra capacidad emocional ni la fuerza del
corazón de una persona.
Por
ello, en ese aprendizaje de todas estas habilidades y nueva tecnología, con la
comunicación como uno de los ejes, os recomiendo no perder nunca de vista lo
que somos, personas, en toda su dimensión.
#impossibleisnothing
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