Todos a una
El
primer párrafo va a sonar frívolo, pero no os quedéis ahí, seguir leyendo. No
va de fútbol.
Hoy
comienza para España uno de los acontecimientos que cada 4 años es capaz de
unir a todo el país en un único objetivo. Sí, hoy comienza su participación en el
Mundial de fútbol, y durante más o menos un mes, todos (siempre hay
excepciones), nos pondremos la misma bufanda y tendremos el mismo objetivo. Por
fin podré ver un partido con mis amigos madridistas, atléticos, etc., y sentir
las mismas emociones. Finalmente, un objetivo “grande” y de todos. Los
“enemigos” serán comunes.
Y
es que eso es lo que pasa en nuestro país y en nuestro pequeño mundo del día a
día. Por razones históricas y culturales estamos siempre a la gresca. Que si
eres rojo o azul, que si pijo o perroflauta, que si del Madrid o del Barça…ya
sabéis, nos mola etiquetarnos en bandos.
Y
es cierto que la Historia pesa, aunque a mí me sorprende que acontecimientos
tan tristes como los de hace más de 80 años sean la bandera de división de
muchos millenials. Eso es no querer aprender del pasado.
Pero
sí, esa Historia y la cultura, la regionalización de objetivos que existe en
España, hacen que no nos pongamos de acuerdo en casi nada. Sólo estamos unidos,
y es triste decirlo, ante una desgracia mayúscula o un acontecimiento deportivo
de magnitud o, ligado a ello, al hablar de algunos personajes que nos causan
respeto a todos, como Nadal.
En
el caso de la desgracia es cuando este pueblo, solidario en su ADN, olvida las
diferencias y se vuelca con los afectados. El “después de la desgracia” suele
ser una batalla política en el lodo, pero el momento inicial, decisivo, es sin
fisuras.
En
el caso del deporte o de referentes, tenemos, durante un ratito, esa conciencia
de que formamos parte del mismo equipo, incluso con visiones distintas de tal o
cual jugada o jugador. Pero la unidad para conseguir la victoria está por
encima de la diferencia puntual que podamos tener. Todos cedemos y tratamos de
entendernos por el bien del Grupo.
Y
esto, amig@s, es algo que tenemos que cambiar. Los mayores logros colectivos de
nuestro país, y de la Humanidad, se han producido cuando el interés común
supera al interés individual. Es un problema de enfoque, que se resuelve, como
siempre insisto, con educación, en el cole y en casa, y en esto último,
principalmente, con el ejemplo.
Sólo
si desde ya ponemos la semilla en la sociedad y, sobre todo, en los más
jóvenes, podremos afrontar los retos del futuro como colectivo. Podéis
extrapolarlo a cada uno de nuestros “micro mundos” de familia, amigos, trabajo,
etc.
Insisto,
sólo con una visión de equipo, en el que por supuesto puede haber visiones
distintas, pero con un mismo objetivo común, podremos avanzar y mejorar el
mundo que nos rodea. Hay que grabarse a fuego esto.
La
nueva era, digital, en la que estamos entrando puede ayudarnos o puede
complicarlo más. El “macarreo” y “todo vale” en los comentarios de redes
sociales o el difundir e insinuar noticias falsas no ayuda. Esto se soluciona
con educación también, y con unas leyes adecuadas.
Pero
son herramientas, que bien usadas nos pueden ayudar a reforzar ese sentir
común, y que, de hecho, en muchos casos, lo hacen. El tema de fondo no es “el
canal”, es la necesidad de vernos como un equipo, no como un individuo o un
colectivo que se quiere imponer a base de atacar el objetivo común.
La
era digital y el futuro de nuestros hijos nos exige que abandonemos el
individualismo, el ego, el querer tener razón siempre y aprendamos a
escucharnos a complementarnos y a trabajar en equipo. Para ello hay que
establecer los cauces adecuadas para debatir visiones distintas y llegar a
consensos y tomas de decisiones, que, por supuesto no dejarán contentos a
todos, pero que sí lo harán con la mayoría y sobre todo en el ejercicio de ese
interés general.
Insisto,
no estoy refiriéndome a nada concreto. Extrapolarlo a todo. Desde el Gobierno a
el trabajo de cada uno. El trabajo en equipo, el anteponer el interés del
conjunto y el saber escucharse y llegar a consenso afecta a todos los órdenes
de nuestras vidas. Basta ya de alborotadores y trepas de pacotilla. Pensemos en
que unidos somos mucho más fuertes.
Este
país tiene ejemplos infinitos de la fuerza de remar juntos en la misma
dirección. No dejemos que no sea así ahora. Todos somos responsables.
Y
por supuesto, ojalá ganemos el Mundial. Pase lo que pase estaremos orgullosos
de nuestros chicos.
#impossibleisnothing
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