En busca del Grial...laboral


Ya os he hablado alguna vez de mi “otra vida”. Antes de dedicarme a las finanzas en una gran empresa y de participar en proyectos emprendedores, trabajé en una productora de televisión. Y por aquellos avatares de la vida, acabé colaborando como ayudante de producción en programas sobre leyendas, misterios, historia, por lugares que uno ni se imagina y con seres humanos maravillosos, como Fernando Jiménez del Oso, que los más mayores identificaréis con todo aquello “esotérico” que aparecía en TVE hace algún tiempo.

En uno de esos programas perseguimos la leyenda, presuntamente más “fiable”, sobre el viaje del Santo Grial, desde que José de Arimatea se hiciera cargo de él, hasta que acabara ubicado en la Catedral de Valencia (sí, ahí está el Santo Grial oficioso de la Iglesia Católica, no el de Indiana Jones). Este es el enlace a aquel programa.


Realmente el Grial es un concepto, no un objeto. Como imaginaréis hay ríos de tinta al respecto, pero en mi modesta opinión, sin querer meterme en ningún jardín, tiene que ver más con todo lo bueno que hay dentro de nosotros y como sacarlo afuera. El ser humano tiene en su interior una naturaleza emocional y espiritual preciosa. Somos micro universos infinitos y es difícil mostrar ese mundo submarino.

El concepto del Grial tiene que ver más con eso que con el valor material de una copa difícil de localizar. Se trata de cómo sentirnos completos como seres humanos, sacando aquello que hay dentro que nos hace mejores.

Este post no va de Teología. Ni de aventuras. Va más bien de como buscar esa realización en el ámbito laboral. Encontrar el Grial laboral, eso sí que es un reto.

Partimos de una base, tener un trabajo, cualquiera que sea, es un lujo hoy día. Que ese trabajo sea nuestra pasión y nos permita vivir de ello, es un milagro.

Un poco de contexto antes de entrar en el tema. Hay grandes debates sobre el mercado laboral español. Son debates muy sesgados por la política y que han calado con mensajes muy alarmantes en el pueblo llano. Normalmente, las grandes discusiones posturiles (hay mucho de postureo cuando un político habla de esto), van en función de si gobiernan los “míos” o los “otros”, pero no suelen ser objetivas.

Hay demasiado exaltado que amplifica mensajes aterradores a través de terceros (a veces medios de comunicación, a veces organizaciones subvencionadas) que le sirven de altavoz para acongojar las hormiguitas de pié. Lo más divertido de todo es que, habitualmente, los que lanzan el mensaje, no han currado en su vida. Bueno sí, en política que ya sabemos que estresa mucho.

El caso es que España tiene una estructura de mercado laboral muy compleja. Gracias a los intereses políticos de todos los colores y a la búsqueda de intereses partidistas durante años, tiene unos vicios adquiridos difíciles de deshacer. Y claro, eso genera desigualdades y tensiones. Y en momentos malos muchísima volatilidad, inseguridad y paro.

Tampoco me voy a meter en ese jardín. Soy consciente de que en mi caso soy un privilegiado. Creo que también hay bastante esfuerzo detrás, pero quiero que tengáis claro que sé en qué país vivo y qué pasa a mi alrededor. He chupado mucho metro y mucho autobús cuando no ha salido el sol o cuando lleva tiempo escondido y conozco la realidad post crisis de bajadas de sueldos, contratos temporales, trampitas de falsos autónomos, etc... perfectamente.

Por supuesto hay muchas situaciones. Creo que el esfuerzo al final siempre lleva premio, aunque tenga altos costes por el camino. Las circunstancias de cada uno cuentan y es muy complicado hacer leyes que consideren, de una manera general, todo eso. Por eso mi apuesta futura para el mercado laboral pasa por la educación, ya lo sabéis. Educación con valores individuales y colectivos, apoyándose en la tecnología. No queda otra.

Aun así, es difícil encontrar nuestro Grial laboral. Os puedo asegurar, y en casi 30 años he pasado por varias empresas, grandes y pequeñas, que no es una cuestión de tamaño ni de jefes ni siquiera de dinero, es una cuestión de personas que sienten que aportan un valor que además se les reconoce.

Lo más importante no es tener al crack de las finanzas o de las ventas o de la tecnología. Lo más importante es tener al equipo que necesitas lo más motivado posible, apropiándose de cada tarea porque sabe que aporta y que hay un resultado de equipo, porque eso es una empresa, un equipo.

Aportar quiere decir que lo que hace es útil, es querido por la persona y la organización y es efectivo. La sensación de aportar es clave para motivar y estar motivado.

Supongo que es alucinante mandar un hombre a la luna y que todo el trabajo que hay detrás para hacerlo, que además tiene reconocimiento global, es chulísimo, aunque los que estén involucrados, alguna vez, querrían pegarle una colleja a algún jefe o compañero. Podéis pensar, claro, es la NASA, cachondo.

Ya, igual de molón es recoger fresas y ver que están en el supermercado donde las compra tu madre, para que, cuando vayas a verla, ponerte ese postre que a ti te gusta tanto. No hay diferencia si hay un motivo. 

Y ese motivo es el Grial.

En todo este camino me he encontrado con infinidad de casos de gente junior y senior, con buenos puestos de trabajo y con grandes ambiciones laborales, pero con poca motivación. A veces, las circunstancias nos “ganan” la partida y nosotros mismos nos encadenamos a una silla, quedándonos bloqueados como un juguete sin pilas.

De nuevo, pasa en todos lados. En todos lados hay gente que nos “tapa” el puesto que queremos o jefes que nos dan caña o compañeros un poquito cabroncetes o clientes o proveedores que nos sacan de quicio. Si somos capaces de encontrar la motivación adecuada para que eso no sea un obstáculo de buscar nuestro Grial, no hay problema. Si no podemos hacerlo, entonces nos toca un meneíto.

Hay una diferencia enorme, pero muy enorme, enormísima, entre los que hacen una tarea mecánica porque tienen que hacerla y los que hacen esa tarea como una pasión. En todos los trabajos hay cosas que son un rollo, en todos, lo que pasa es que en unos es parte de la pasión y en otros es parte de algo que nos da seguridad. El "para qué" es distinto.

Hay casos en que esa es la gran pregunta. La seguridad laboral versus el abismo de trabajar en tu pasión. Es una pregunta muy difícil, en la que cuenta mucho la situación personal, la edad y el temido “qué dirán”. Es una situación a la que, por ejemplo, se enfrentan los nuevos emprendedores, sobre todo lo más maduritos, con seniority y obligaciones familiares. Y que asusta.

No hay respuesta mágica. Cada uno tiene la suya. Hay preguntas que ayudan a encontrar la respuesta. Si valoramos la seguridad laboral, ¿quién nos dice que esa va a durar hasta que nos jubilemos? Si es un tema de condiciones y supone un riesgo, ¿por qué pensamos que no podemos llegar a un nivel superior después? Obviamente esto requiere a veces una revisión de nuestro plan de vida. Es difícil.

Para los que trabajan en su pasión las preguntas son las contrarias. En los casos en que eso tiene cierta inestabilidad laboral, su anhelo se convierte en encontrarla. Ahí se trata de poner en la balanza parte de esa autonomía y apasionamiento frente a un poco más de seguridad y dependencia.

Todo tiene un punto de equilibrio. Desde luego, yo sólo creo que viva una vez. El trabajo ocupa un espacio grande en nuestras vidas y si se convierte en algo tóxico, nos acaba estresando y poniendo de mal humor. Igual que si no llegamos a fin de mes.

Cada uno tiene su balanza. Como siempre, la del corazón suele ser más precisa.

Enhorabuena a los que lo habéis encontrado vuestro Grial y mucho ánimo y determinación a los que estáis en la búsqueda.

Rendirse no es una opción. #impossibleisnothing

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