Ventaja competitiva…el superpoder
Hay quienes nacen con una ventaja competitiva. Es un superpoder. Muchos no saben que la tienen, pero la tienen. Con el tiempo, la descubren. Hay veces que nunca la encuentran. Se le llama don o talento. Y parece que es algo bendecido por los dioses.
Esta es la creencia popular.
Pero en realidad, no es así. No hay una varita mágica de Zeus que otorgue a
cada uno su propio don. No hay “tocados por la mano de Dios” con respecto a
otros. Me niego a creerlo. Estoy de acuerdo que hay quienes nacen, por alguna
causa natural que desconocemos, con una destreza o una habilidad distinta a los
demás. En realidad, todos tenemos una. Pero no nos engañemos, no sirve de nada.
No es diferencial en sí misma.
Lo diferencial es lo
que viene después. El trabajo, el esfuerzo, el potenciar esa habilidad y el
revestimiento mental y emocional que le damos. Es ahí donde sí reside nuestro
superpoder. Y cada uno de nostr@s lo tenemos. Pero amig@s, no es gratis, “la
fama cuesta”. Messi tiene la habilidad, Einstein tiene la habilidad, Dalí tiene
la habilidad, Leonardo tiene la habilidad, pero detrás hay miles de horas de
trabajo, de vencer frustraciones, de levantarse cuando fallas, de equivocarse.
Ese es el verdadero don. Y no se nace con ello, se adquiere.
Cuando uno lo
trabaja y lo desarrolla entonces sí surge el hecho diferencial. Esto es
extrapolable a las organizaciones. A todas, públicas y privadas, de cualquier ámbito
o sector. Cuando se potencia aquello en lo que somos buenos, siendo fiel a
nuestra visión, entonces es cuando la organización crece y realmente hay un
hecho diferencial.
Vivimos en una
sociedad con un exceso de información, de ego, de mirar el “yo” y de creer que
esa ventaja es única e inigualable. Y cometemos un error, el esfuerzo puede
llevar al mismo sitio a otr@s. Todos somos irremplazables como seres humanos y
al mismo tiempo reemplazables como seres sociales. Es una gran ironía, pero no
caigamos en la trampa de creer que “somos los mejores”, menospreciando al
resto. Esfuerzo, trabajo, respeto y humildad, esa es la receta. Lo demás llega.
Hoy, más que nunca,
tenemos herramientas que nos ayudan a desarrollar el potencial. Tanto individual
como colectivo. La tecnología nos lo facilita. Incluso las metodologías de
creación de cosas, de trabajo, de relación con los demás…Está todo de cara. Y,
siendo así, ¿por qué es el momento en que más me parece que todo es artificial?
¿Por qué veo ego, postureo y poco sentimiento? Si este es el momento en que más
fácil lo tenemos para ser humanos, ¿por qué repetimos errores de hace siglos?
Sabéis que confío en
la naturaleza noble y buena de las personas. Sabéis que creo que una mirada
dice más que mil power points juntos. Sabéis que creo en la inteligencia
emocional. Me parece que nos cuesta encontrar el Norte. Pero no voy a dejar de
confiar, el ser humano se adapta, sí, pero el corazón siempre se impone.
Ventajas competitivas individuales o colectivas, personales o profesionales, de
autónomos o multinacionales…deben tener mucho corazón detrás, hoy más que
nunca. Si no, el superpoder se esfumará rápido, por muy “invencibles” que nos
queramos creer.
Trabaja tu
superpoder. No lo des por hecho. No escuches ni a los que se ríen ni a los que
te adulan. Cree en ti. Cree en las personas, son la base de cualquier esfuerzo
colectivo. Empatiza. Cree en la posibilidad de que cada uno de lo mejor de sí.
Cree en una motivación que compense el esfuerzo, y no me refiero a una motivación
económica, la vida tiene otras riquezas. Si lo haces, el superpoder será más
fuerte cada vez.
Y si eso pasa, ponte
de coche escoba y que nadie quede detrás. Es la gran responsabilidad del que lo
ha conseguido, incluso cuando no le reconozcan el esfuerzo. No escuches a los
necios. Aprende y transmite.
Ahí serás un
superhéroe de verdad. Lo demás es postureo.
#impossibleisnothing
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