El arte de comunicar

Te dejas la piel, te esfuerzas al límite, echas horas como si no hubiera un mañana…pero luego no progresas. No sólo en tu trabajo, también en tu vida personal. ¿Qué pasa?

Algo básico. Uno de los principios fundamentales del siglo XXI. Si no sabes contarlo es como si no hubiera pasado. Me dirás, "pero el resto ya lo ve" . Vale, lo que tu quieras, lo ve pero pasa desapercibido. Es necesario contarlo. En esta era del marketing, en el que casi todo se dibuja en imágenes, necesitas "perforar" en la mente de los demás para que cale el mensaje. 

También puede ser que otr@s lo cuenten por ti (periodistas, jefes, profes, pareja), si es que estás dispuest@ a correr ese riesgo. No te lo recomiendo. Si sale bien que sea por ti. Si sale mal, que sea por ti. Depender de otr@s...

Comunicar es un arte. La magia de hacerlo bien está en lo que somos capaces de hacer que el otro perciba. Un cuento, un chiste, nuestra propia historia…puede ser contada de manera que pongamos el pelo de punta a nuestra audiencia, que no paren de reír o de manera que no paren de bostezar. Depende de nosotros.

No se trata de ser un showman. Presentar un plan de reorganización de una empresa no es lo mismo que hacer un monólogo de comedia. Sobreactuar genera rechazo. Es muy importante el contexto y a quién te diriges. Eso te viene dado. Lo demás es cosa tuya.

Hay un secreto para triunfar. El mismo que en cualquier arte. Simple. Contar desde el corazón. Siendo un@ mismo. Con nuestra pasión, nuestra naturalidad, nuestra agilidad mental, nuestro sentido del humor…y nuestras miserias. Si somos capaces de hacerlo, ya podemos estar hablando de la reproducción del ornitorrinco bengalí o la peli más maravillosa del mundo, que engancharemos al otro. Sin embargo, si lo contamos como si fuéramos un algoritmo de atención al cliente de una Administración Pública, haremos que el otro se desespere y “cuelgue” la llamada.

El corazón nunca se equivoca.

Después hay técnicas y “trucos” para hacerlo de manera efectiva y útil. Lo que más transmite es el cuerpo. El "body languaje" es vital. Si el receptor percibe una incoherencia entre lo que escucha y lo que ve... game over. Confianza en entredicho y fin de la historia.

Por eso es fundamental un movimiento natural de nuestro cuerpo, que acompase nuestro discurso. Y aquí cuentan la respiración, la mirada, la gesticulación…un mal gesto y se nos desenganchará parte de nuestro público.

Luego está el mensaje. Qué queremos decir. Tenerlo cristalino. Nuestra audiencia, nuestr@ jefe, nuestr@ profe, nuestr@ familia, se van a quedar con 1-2 ideas en cuanto pasen 24 horas. Esas son las que hay que grabar en la piedra de la masa gris.

Y por último la palabra. ¡Ay la palabra!. El dardo está en la palabra, pero también la miel. Y si es acompañada por ese desempeño natural del cuerpo, es aún más potente. Voy más allá, es exponencialmente más poderosa con las pausas adecuadas. Como en la música, tan importante la melodía como los silencios. Son los que afloran la emoción y, como decía aquel, nos ponen gallina de piel.

Comunicar es la gran habilidad de la Historia. Más evidente en los últimos 50 años, pero presente desde que el ser humano es eso, humano. El Cid muerto saliendo del castillo de Valencia en su caballo, Aquiles en cabeza de su tropa, Rosa Parks en el autobús, Martin Luther King soñando…Lo cambiaron todo.

El reto de influir se toca con el riesgo de manipular. Gengis Khan tuvo bajo su mando el imperio más extenso que ha existido jamás, el mongol. Y no fue por ganar batallas, que también. Fue fundamentalmente por conseguir que tribus vecinas en un territorio se aniquilaran entre sí, previo a que su ejército las arrasara. Primero manipulaba a los líderes de los clanes, conseguía que guerrearan entre ellos y se debilitaran. Luego los borraba del mapa.

La ética y la honestidad son las líneas rojas aquí. Si dominas el arte de la comunicación que sea mágico para aportar, para construir. Si es para put*ar…mejor que no hagas caso a este post.

El pasado fin de semana asistí a un curso intensivo para aprender a comunicar en público. Fue una pasada. Su profe, Iñigo Saenz de Urturi nos dio los principales tips del asunto y nos enseñó la técnica. Pero sobre todo nos dio la clave: se comunica desde dentro. Siendo tú. Incluso cuando representas un personaje, tienes que hacerlo propio, interiorizarlo. Si tenéis ocasión, os recomiendo ese curso “la magia de la comunicación”.

Satisfacción = Percepción – Expectativas. Los que me leéis ya sabéis que es una ecuación que me encanta. La comunicación está en los tres componentes de la ecuación, pero sobre todo en el de la percepción. Cuanto más desarrollemos esta habilidad, más cerca de satisfacer las expectativas estaremos.

Ah, algun@ me diréis, ¿y qué pasa si lo que tengo que contar es una mala noticia? Aún mejor me lo pones. Mejor contarla que no hacerlo por miedo, ¿no crees?

Como siempre en la vida. Se tú. Exprime cada segundo. Disfruta a tope, incluso cuando te pones delante de una audiencia y aparecen los sudores. Cuanto más disfrutes, menos miedo (que ya nos dejó bien claro Iñigo que es ego) tendrás. Y mejor saldrá la cosa. Y ten sentido del humor, que la risa es el mejor afrodisíaco que existe.

Ya sabes,

#impossibleisnothing

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