Despertando a una Comunidad...


Las personas vamos a nuestra bola. Tenemos algo más en cuenta a los de nuestro alrededor, pero vamos, porque solemos esperar algo a cambio. No somos demasiado altruistas a la hora de repartir, ni siquiera amor, somos bastante egoístas, está en nuestros genes.

Pero hay esperanza. Como siempre afirmo, el ser humano es maravilloso y su capacidad de sorprender, para bien o para mal, es ilimitada. Hay excepciones a la regla, en la que el egoísmo desaparece. Nos entregamos sin límites a las personas que realmente queremos, sin esperar contrapartida. Los hijos son el mejor ejemplo.

Hay otro caso en que también nos olvidamos, en parte, de ese egoísmo. Hay cierto "ego" pero no "ísmo". Es el caso en que compartimos un reto, o aún más extremo, un enemigo. 

Es el caso en que el ser humano es capaz de unirse con otros, con una "comunidad" en aras de lograr el desafío o de vencer al enemigo. Después en el reparto de medallas desaparece ese "altruismo" pero esto se puede controlar.

Cuando queremos que una comunidad o un grupo que tiene unos mismos intereses (aunque dormidos) despierte, hemos de encontrar el motivo común, el punto ilusionante que permita que los miembros se embarquen en la aventura sin pensar en qué sacan. 

Nada fácil, más bien muy muy difícil , pero es el quid de la cuestión.

Si alguien quiere dinamizar a un grupo, sacarlo de su "burbuja", de su zona de confort, sólo debe encontrar aquello por lo que sus miembros van a olvidarse de sí mismos y luchar a muerte por el objetivo común. 

Aquí entran dos factores en juego: el motivo que consiga hacer eso y la persona capaz de transmitirlo. 

Si eso sucede y ambas cosas confluyen os garantizo que el elefante se mueve.

Para mí, el mejor motivo es el emocional. La capacidad de vincular una satisfacción por encima de lo material por el hecho de conseguirlo. A mayor dificultad o percepción de la misma, mayor importancia de esto. Si conseguimos que los miembros se olviden de "lo que ganan" individualmente y entiendan el beneficio colectivo entonces es una cuestión de trabajo, pero sale. Si no es así,  cualquier momento malo pondrá en riesgo el proyecto y se acabó el altruismo.

Y para ello, ya lo he dicho mil veces, es indispensable la figura del líder. El líder no es el jefe (no necesariamente). El líder es el que da ejemplo y se pone delante de la tropa, compartiendo el esfuerzo y sufrimiento desde la arena. 

Pero no basta con eso. Es necesario que mantenga viva esa llama de motivación. No vale con el momento "subidón", hay que perseverar, darle continuidad.

La clave de que un proyecto salga son las personas, siempre las personas. Tanto las herramientas superchulas de negocio como la tecnología más guay del Paraguay o como la capacidad de premiar o castigar es una cuestión de personas. El recurso humano es el único esencial en cualquier ámbito. Si el líder no pierde el foco en esto e invierte su mayor esfuerzo en asegurarse que nadie flojea, tendrá mucho ganado.

Y claro, aunque insisto que en un segundo plano, está lo terrenal, las habilidades técnicas y la habilidad para coordinarlas. Ahí sí está el jefe. Un líder puede ser un buen motivador pero un "desastroso" gestor.

Si ese es el caso debe de rodearse de unos lugartenientes con la capacidad de llegar donde él no llega. Lo mejor que puede pasarle a un gran motivador es que técnicamente en su equipo haya gente mejor que él. Es maravilloso y genera un efecto multiplicador si está bien dirigido. Ser mejor no significa que el líder sea un zoquete, significa que, como en el Oeste, hay uno más rápido y es genial tenerlo de nuestro lado.

El punto final es el reparto del éxito o del fracaso.

Esto puede generar mucha frustración. Si el preliminar se hizo bien en el final se entenderá que el resultado es colectivo. Y es el propio colectivo el que debe de repartir éxitos y fracasos. Cuando lo hace quien ni siquiera bajó una vez a la arena la cosa se lía y se lía y se lía...

Por ello, si alguien quisiera remover la silla a un grupo que esté dormido el primer paso es darle un por qué "emocional" y seducirles con la satisfacción colectiva, el beneficio común de conseguirlo. La microgestión vendrá después cuando la gente esté "enganchada".

¿Alguno veis los objetivos comunes que merezcan la pena?

Yo si... #impossibleisnothing

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