La aventura de vivir

“Salinas, la vida puede ser maravillosa” decía el admirado Andrés Montes en aquellas retransmisiones deportivas. Y no se equivocaba...depende de ti.

Cada uno debe ser dueño de su destino. Los amores, la familia, los amigos, el trabajo, el ocio, todo con el único objetivo de disfrutarlo, de ser feliz. Cualquier segundo debe ser mágico, no sea que un día se apague. La vida puede y debe ser maravillosa.

Habrá altos, bajos, penurias, miserias, triunfos, derrotas, y un sinfín de cosas. Sólo nosotros seremos responsables de ellas y de cómo actuemos ante ellas. Sí, habrá responsabilidades compartidas en muchas situaciones, pero no queramos eximirnos de las nuestras señalando a otros. En lo que nos pasa todos los días, digo yo que algo tendremos que ver.

A veces el cielo gris y la niebla nos nublarán la vista, otras los árboles y gigantes nos impedirán ver el bosque y todos los días nuestros propios prejuicios y miedos nos impedirán mirar hacia adentro, el lugar mágico donde se encuentra la solución.

Y a pesar de eso merecerá la pena. Porque después de las tormentas llegará el sol y tras los árboles seguirá el camino. Sólo afrontando los obstáculos con determinación seremos capaces de sobrepasarlos, aprender y avanzar, mirando siempre hacia adelante.

Habrá vacas gordas y vacas flacas. Seremos igualmente responsables de nuestro comportamiento en ambas. Nadie nos regalará nada ni nos solucionará nuestros rompecabezas. Deberemos ser nosotros mismos, a veces asumiendo riesgos y otras quedándonos inmóviles, pero siendo conscientes de que el mundo gira.

Nadie vendrá a sacarnos de un pozo, excepto en contadas ocasiones. Seremos responsables de entrar y de salir de él. Y lo mejor de todo es que se puede, siempre se puede, creyendo, con determinación y con muchísimo esfuerzo. Si nos rendimos nos quedaremos en el camino.

Las envidias, los prejuicios, las críticas destructivas, el negativismo, todo pasará por delante. Tendremos la opción de subirnos a esos vagones o no y cada uno seremos los responsables de ello, no el maquinista del tren. Si sabemos esperar y trabajamos para ello los éxitos, el reconocimiento, el aprendizaje, el optimismo, también se unirán al tren y serán otros vagones donde sacar billete. Siempre habrá una opción y será decisión nuestra.

Todo lo que nos pase será por nuestros propios actos. Las palabras serán eso, palabras. Los hechos serán Mandamientos, y nos definirán. Las circunstancias condicionaran nuestras decisiones y nuestros ritmos pero seguiremos siendo nosotros. La felicidad, la libertad, el amor y todo aquello de lo que nos gusta hablar sólo serán reales si asumimos que somos los protagonistas, sin cargar las tintas, cuando vienen los malos momentos, sobre otros.

La vida puede ser maravillosa si somos coherentes con ella. Si dejamos de ser nosotros ya no será nuestra vida. Pero seguiremos siendo nosotros viviendo otra vida. La renuncia a nuestros principios, a nuestras emociones, nos llevará a la frustración y acabará en el odio, en el cabreo con el mundo.

Con los demás convivimos. Con relaciones más o menos estrechas. El cabreo con el mundo nos llevará a una pérdida de respeto hacia el resto. Las redes sociales son una muestra muchas veces. Y seguimos siendo nosotros, dueños de nuestros actos.

El respeto, la bondad, la tolerancia, el perdón…nos llevará a la convivencia en el sentido amplio. Generará confianza hacia afuera y hacia adentro. Nos recordará que somos humanos, imperfectos, y al mismo tiempo conscientes de nuestros errores cuando se producen. Nos hará aprender, ilusionar a los que queremos y en definitiva contribuir a una sociedad mejor. “Ser bueno” es parte de nuestra naturaleza y el ser buena persona no debería considerarse sinónimo de ser “un pringao” o no tener aspiraciones legítimas.

Abre la mente y mírate a ti mismo. Sin comparar, sin juzgar. Con perspectiva, con confianza, con una visión, siendo consciente de que eres dueño de tu destino, sólo tú.

Porque la vida, no puede ser maravillosa, lo es.


#impossibleisnothing

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