La vuelta al cole
Cuando era peque volver al colegio era algo excitante. Era el momento de volver a ver a mis amigos de clase después de todo el verano y contarnos todo lo que habíamos hecho. Era un rollo volver pero la euforia de verlos era mayor que las ganas de quedarse en casa. Claro, al tercer día la novedad ya no era tal y quería otra vez vacaciones. Visto en perspectiva, era un tiempo muy feliz.
A medida que fuí creciendo tenía más alicientes. Las chicas. La que me gustaba que podría volver a ver después del verano, las nuevas y por supuesto los nuevos compañeros que tenían que pasar el "examen" de mi pandilla. Vamos, que a pesar de tener que estudiar no estaba mal. Quitando los exámenes el cole y el instituto "molaban".
Tenía algo más profundo detrás, de lo que quizá no éramos conscientes, pero que sobrevolaba en el ambiente de ese día. Era el momento de comenzar de cero otra vez. Realmente no era exactamente así porque todos arrastrábamos el pasado y ya nos conocíamos, pero de alguna manera el parón del verano nos daba la oportunidad de vivir otras experiencias, madurar ( a veces era al revés) y volver con una actitud renovada.
El día de la vuelta al cole era el día para demostrarnos a nosotros mismos que volvíamos a escribir un nuevo capítulo, con una nueva ilusión y con nuevas metas.
El tema de las chicas era importante. La que nunca se fijaba que querías que se fijara y que después del verano te sentías suficientemente seguro como para querer llamar su atención. El resultado tras dos semanas ilusionantes solía ser el mismo: calabazas. Pero la ilusión y la energía que eso nos daba no nos lo quitaba nadie.
Para las chicas imagino que era algo parecido, quizás con una sensibilidad mayor.
De vez en cuando la cosa era distinta...a veces el suño se convertía en realidad
En estos días, anto los que están o han estado de vaciones como los que no, de algún modo volvemos al cole. Las ilusiones han evolucionado, de la chica o el chico que nos gusta (que para muchos también), a los retos, los sueños, las oportunidades...tanto personales como profesionales y en compartirlo con la gente que queremos, lcon los nuestros. Todo ello desde un punto de vista más maduro, sin la inocencia de entonces...pero con la misma alegría de entonces.
Hombre, una cierta depresión post vacacional existe, para que negarlo, pero también está en el subconsciente colectivo que poder trabajar hoy es un privilegio y que realmente podemos hacer cosas, cambiar cosas, resetear como cuando éramos estudiantes.
Hoy, ahora, más que nunca, repito, más que nunca, again, más que nunca, es el momento de estar unidos, como país, como ilusión común, la misma que compartíamos con nuestros amigos el día de la vuelta al cole, la misma que teníamos por ver a esa chica o ese chico. Y es nuestra obligación mantenerla y hacer, no hablar tanto, sino hacer.
Tenemos una oportunidad única en nuestra historia y dos opciones: lamentarnos constantemente y destruir o confiar en nosotros y juntos construir.
La mía la tengo clara
¿Tienes tú la tuya?
Agradable reflexión, llena de optimismo, cosa que necesitamos más que nunca.
ResponderEliminarPero, (¿y cómo no iba a poner un pero?)en esta partida, como en todas, no ganan y pierden los mismos y por igual. Luego también es normal que no nos unamos para hacer ganar a los mismos perdiendo los de siempre.
by PacoMan
macho, en Deloitte solo hablabas de contabilidad.....lo clavaste, que seria de septiembre sin las chicas...
ResponderEliminarGracias Paco!!
ResponderEliminarYo creo que perdemos todos y la Historia nos demuestra que hemos salido de mucho peores pero si estamos unidos. Sino, la regularización de las cosas, que siempre llega, ha venido en forma de conflicto.
Juntos y sólo juntos saldremos de esta. Cada uno por su lado, acabará mal.
Un abrazo
Hola J.Luis!! De algo más hablábamos seguro... :-)
ResponderEliminarTotalmente identificada en estos días con tu post, salvo en lo de las chicas ;-)
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