El esfuerzo
Un niño
crece con un sueño. Podéis imaginar el que queráis, el vuestro cuando teníais
10 años. Cuando es adolescente se prepara para ello en sus estudios. Ya en la
Universidad trabaja sin descanso. No sale, no va a fiestas, no hay chicas. Sólo
trabaja y trabaja y crea su propio proyecto echando horas y horas.
Se
licencia y busca la forma de crear su propio negocio para poder llevar a cabo
su sueño. Lo hace y le va bien. Gana dinero con ello y se hace millonario
creando miles de puestos de trabajo. La Vida
le sonríe, éxito profesional, éxito personal...
Llega la
crisis y empieza a irle mal. Las causa pueden ser muchas: ¿mala gestión? ¿Demasiada
ambición? ¿Falta de previsión? ¿El entorno que no ayuda? El caso es que tiene
que despedir a empleados y estabilizar su empresa.
Continúa
su sueño y continúa siendo rico aunque con una lección aprendida y con el mal
trago de haber despedido a miles de personas y de crearse sus propios problemas
personales. La pregunta es, ¿lo merece? ¿Es justo? ¿Debería haber sido menos
ambicioso? ¿Es un ca...?
Es muy
difícil hablar objetivamente del esfuerzo. Tiene siempre sus fans y también sus
detractores. Si alguien se esfuerza para hacer algo, unos lo elogiarán y lo
respetarán por ello mientras que otros lo criticarán argumentando que ese
esfuerzo no es tal. La palabra suerte saldrá muchas veces en la conversación.
Pasa a
diario. En las organizaciones, en la sociedad, en nuestras propias familias...
Sólo uno
mismo sabe cuánto le cuesta el poder hacer cosas. Nadie más que uno mismo puede
calibrar la medida de lo que da. El resto es todo muy subjetivo.
Pero
claro, después hay consecuencias. Consecuencias que nos llevan a otros debates
y sobre todo a algo que forma parte de la cara b del ser humano: la envidia.
El mejor
premio al esfuerzo es con uno mismo. Con la satisfacción que genera. Algo
emocional, muy difícil de explicar con palabras.
Después
hay otros premios, como en el ejemplo del principio. Que si el éxito
profesional, el prestigio social... Unos dirán que si ese éxito es por el
apellido, otro que si suerte, otros que si qué vergüenza, y alguno que si se lo
merece. Pero el caso es que el éxito, excepto cuando viene heredado y no se
riega, no se consigue sin esfuerzo.
Obviamente
hablo de cuando se consigue con "fair play". Cuando se consigue con
juego sucio podrá tener premio pero quedará señalado para siempre y se acabará
pagando.
Hay algo
que va muy unido al esfuerzo. Es el riesgo. Cuando por ejemplo hablamos de
empresarios ricachones que construyen imperios, presuponiendo juego limpio,
hablamos de gente que se arriesgó y que se esforzó.
Esto es
una cosa que me fastidia bastante. Cuando nos quejamos de tal o cual personaje
no valoramos lo que costó llegar ahí no lo que tuvo que sacrificar y arriesgar.
No digo que siempre sea así, pero no seamos tan simples como para no reconocer
los méritos junto con la crítica a lo que nos gusta. No nos quedemos sólo en
los detalles "morbosos", veamos toda la peli en su conjunto.
Lo justo
o lo injusto es muy subjetivo y depende del cristal con que se mire y como nos
va la feria a cada uno. Hoy nos quejamos de lo que antes de la crisis era incuestionable
porque nos venía bien. Hoy vemos injustas cosas que antes no nos lo parecían.
Como digo es muy subjetivo.
Lo que
no es subjetivo son los hechos. Los hechos de realizar un trabajo, tener unos
resultados (de todo tipo), emitir un voto, etc. Son irrefutables. Esos son los
que nos definen.
Me hace
gracia cuando tachamos a muchas personas de idealistas pero sin embargo se
convierten en mitos cuando llevan a la práctica ese idealismo. El ser humano
admira la coherencia pero esa admiración se anula con la envidia. Nos pasa a
todos, todos los días.
Hay
cosas "imposibles" hasta que llega alguien y las hace, decía Mandela.
Y el
hacerlas no es fácil. No surgen por generación espontánea. Surgen por el
sacrificio, el esfuerzo el riesgo de que salga mal.
No hay
nada más bonito que ver a alguien que se deja la piel conseguir su sueño. Nos
pone a todos los pelos de punta.
Tomémoslos
como ejemplos y no como demonios...
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