Cuando todo sale mal...
Hay momentos en
la vida que parece que todo es negativo. Ese típico día en que se encadena
desgracia tras desgracia como si una maldición divina hubiera caído sobre uno y
fuera imposible volver a levantarse.
¿Os suena? Eso de
“hoy todo sale al revés…”
Hay veces que ese
“hoy” se convierte en una dinámica constante de catastrofismo. Parece que nunca
cambiará. Un martillo pilón que cada momento hace el hoyo más profundo.
Pero de repente,
como por arte de magia, sale una cosa bien, y encadena con otra y con otra y
anda, con otra más…y parece que cambia la suerte y ya sí sonreímos.
Pues ni tanto ni
tan calvo. Las dinámicas, tanto para bien como para mal, las originamos
nosotros. Es difícil muchas veces salir de una espiral en la que uno va
encadenando una sobre otra. Es difícil romper ese bucle que viaja a la
velocidad de la luz y que no vemos como detener.
Pues no. Stop,
relax, hold, llamarlo como queráis pero en cuanto se detecta ese inicio de caída
libre darle a la pausa. Parar. No pasa nada por parar y respirar. Despresurizar,
disfrutar, pensar…
Realmente los
responsables de que se produzca esa dinámica y de cambiarla somos nosotros.
Factores externos nos pueden ayudar (o lo contrario), pero no son la causa de
lo que nos pasa. Lo que nos pasa lo originamos nosotros, no busquemos culpables ni razones en la alineación de los astros. Somos nosotros.
Pero eh, hay
esperanza. El sol sale y la recuperación de la confianza y de la autoestima
vuelve. Y es que nada es eterno. Ni siquiera el navegar en la desgracia.
Todo tiene un por
qué y una solución, a veces muy costosa o muy dolorosa, pero la tiene. Cuanto
antes podamos coger aire y detener el tiempo para que el bucle no nos absorba,
antes podremos ver las cosas positivas que encierra nuestra existencia, sin
necesidad de que “la suerte” venga a vernos.
Entonces podremos
tomar decisiones y mirar hacia adelante, buscando una nueva oportunidad de que
lo que salió mal, salga bien. El pensamiento positivo y darse cuenta de todas
las cosas buenas que nos rodean y las que tenemos cada uno de nosotros (que
alguna tenemos), con humildad pero con energía, sabiendo que tenemos un tesoro
en cada ser humano.
¡Confía, trabaja,
cree!; ¡confía, trabaja, cree!; ¡confía, trabaja cree!… No conozco otro método,
pero nunca, nunca te rindas…
#impossibleisnothing
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