Soy catalán…y por tanto español

Soy David. Nací en un pueblo fantástico que se llama Amposta, en el Delta del Ebro. Realmente fue allí, porque en el pueblo de al lado, en que vivían mis padres, Sant Carles de la Rápita, igual de maravilloso, no había hospital.

Sant Carles y Amposta pertenecen a la provincia de Tarragona, y forman parte de Cataluña. Por tanto, soy catalán.

Pasé parte de mi infancia allí. Mis padres no son catalanes y estaban allí por razones de trabajo. Cuando destinaron a mi padre a Madrid, aquí nos movimos todos y desde entonces he vivido siempre en la capital.

Madrid es una ciudad increíble. Es la ciudad que hace que nadie se sienta extraño, sea de donde sea. Todo el mundo es bien recibido y tiene su sitio. De hecho es difícil encontrar lo que llaman “gatos”, que son madrileños con abuelos y padres madrileños.

Aunque en Madrid nadie es extraño, ser un niño catalán, hace 30 años, no era tan sencillo. Sobre todo si te gusta el fútbol y eres del Barcelona. Los tópicos de tacaño, segundón e incluso lo de “no eres español”, obviamente todos ellos aprendidos en casa por unos pocos, lo complican un poco. Imagino que es igual al contrario o entre lugares con cierta rivalidad. Para que os hagáis una idea a mi mis amigos del cole me llaman “cata”, que os podéis imaginar de donde viene. Cosas de críos.

Sin embargo, a pesar de los tópicos también un niño es capaz de percibir el respeto y la admiración que se tiene hacia otros lugares y la naturalidad con la que se habla de ellos cuando un amigo va allí de vacaciones o un fin de semana con sus padres. Es la percepción que tengo en Madrid de como se ve Barcelona por ejemplo, con admiración y respeto, aunque cada vez con un tinte más político.

Ser catalán en Madrid se va complicando por momentos, teniendo que escuchar auténticas barbaridades a veces. Y todo esto tiene un por qué, obviamente. Lo que antes eran tópicos, estereotipos más o menos graciosos y temas sin importancia, cada vez van teniendo más, aunque uno no haya cambiado.

El “por qué” es la política.  Siempre ha habido un sentimiento nacionalista, legítimo, en Cataluña, al igual que lo hay en otras regiones e incluso en pueblos. El mismo sentimiento que tienen algunos catalanes con respecto a España lo tienen, a menor escala, muchos habitantes del La Val d'Arán con Cataluña, aunque ahí el Gobierno catalán cierra el debate como no le gusta que se lo hagan a él.

Pero el tema es que siempre, desde que yo recuerde han existido esos sentimientos, quizás más intensos cuando la situación económica es desfavorable, ya que la frustración lleva a buscar otro tipo de ideales. Es un debate latente que no estaba en la calle y que las circunstancias han colocado ya en los bares.

Respetando todas las opiniones, sabéis la mía. Yo creo que es todo un problema de pasta y de ocultar otra serie de cosas desviando la atención. Creo que el sentimiento mayoritario de los catalanes es de compartir rumbo con el resto de España y, aunque hay cierto malestar por temas económicos, creo que se está haciendo mucho ruido por determinados sectores (cada vez más amplios debido al control de la educación) para generar un problema que no era tal y dejar que otros se diluyan (aunque en el día a día de la gente no lo haga).

Es mi opinión, tan respetable como el resto…

Mirar, los españoles, como colectivo, son reconocidos desde los tiempos de los griegos (Iberia, lugar de los íberos) y más específicamente desde los romanos (Hispania, tierra de conejos), e incluso antes, donde ya los fenicios denominaban a España como I-span-ya (precursor de Hispania y que tenía el significado de tierra de metales).

Pero no es una cuestión de semántica para identificar a una región o a una provincia del Imperio Romano. Es algo más, es el sentimiento de respeto que se tenía al pueblo de esa región y el qué se identificaba con ella.

Los hispanos, y no por la peli de Gladiator, tenían una fama de guerreros incansables, difíciles de vencer, debido a su persistencia. Venir a combatir a Hispania suponía doblar o triplicar la paga del soldado, por el plus adicional de riesgo que eso conllevaba. Episodios como Numancia, Sagunto, etc fueron testigos directos de esa inasequibilidad al desaliento. Los hispanos eran considerados un pueblo muy fuerte, a pesar de sus distintos orígenes, muy combativo y muy arraigado.

Después llegó la conquista por parte de los Omeyas, del califato musulmán, que prácticamente cubrió toda la península en apenas 15 años.  Poco tiempo considerando que la reconquista llevó 7 siglos.

Esto trajo Al-Andalus, con sus avances tecnológicos del momento y con la influencia incipiente de la religión como motivo para atacar y defenderse. Fue una Edad Media marcada por la dominación, que englobó a toda la Península excepto una franja del Norte (Asturias, Cantabria y partes del País Vasco, La Rioja, Navarra y Cataluña).

Por tanto, la mayor parte de nuestros antepasados sufrieron el mismo destino, de un modo u otro, por un tiempo mayor o menor, pero todos fueron conquistados excepto esa franja mencionada. Es decir, Cataluña, en su mayor parte, sufrió esa situación, al igual que el resto.

Luego llegaron las pequeñas reconquistas, la formación de diversos reinos cristianos y de pequeñas ciudades estado que eran satélites de los grandes reinos, Castilla y León, Aragón y Navarra.

Posteriomente reconquista, imperio, pérdida de poder, lucha entre nobles y sus familias por adjudicarse el trono de España, etc. Qué decir de la férrea resistencia de los catalanes contra la invasión Napoleónica en aquel inolvidable paso del Bruc.

Vamos, que guste o no guste es mucho tiempo el compartido como pueblo unido. España siempre ha sido una suma de pueblos, culturas, naciones, nacionalidades, llamarle como queráis. Íberos, celtas, godos, visigodos, fenicios, astures, catabrones, almorávides, layetanos… Y su fortaleza ha llegado cuando han estado unidos, afrontando juntos los problemas comunes. Yo siempre digo que España necesita un enemigo común, para empezar a creer en nosotros mismos.

Hemos superado, juntos, de todo. Dictaduras, invasiones, vagos, corruptos, déspotas, de todo. Y nuestra fortaleza ha sido hacerlo juntos.

Vivimos en un mundo cada vez más global, donde los nacionalismos, tanto los “pequeños” como el catalán, como los “grandes” como el español, pierden relevancia y sentido. Las naciones cada vez se necesitan más unas a otras y salvo exaltaciones puntuales de proteccionismo (que durarán poco) la tendencia es a la apertura.

Nuestro país ha sufrido de todo. Lo más cruel nos llevó a una herida que nunca conseguimos cerrar y que el oportunismo de todos los colores trata de aprovechar para debilitar al “enemigo”.  Craso error, porque los ciudadanos cuando tenemos que pagar la hipoteca o educar a nuestros hijos no creo que nos la pasemos pensando en bandos y enemigos, sino en cómo conseguir que lo que queremos para los que vienen detrás sea mejor.

Yo lo digo alto. Soy catalán, lo cual es un orgullo por toda la Historia que conlleva y por tanto soy español, porque gracias a ello seguramente esté aquí y el pueblo de mis antepasados no fue aniquilado. Y no pienso en "otro bando" entre mis paisanos ni en "enemigos". Los españoles no deberíamos pensar que somos enemigos nunca más.

Creo que todos los que están agitando a la población y descuidando los problemas reales de la gente, para así ocultar su incapacidad u otras cosas, deberían empezar a trabajar por ser más fuertes, no más débiles. Sí, lo digo por los que enarbolan en el Parlamento la estelada como si fuera la salvación a todos los males, queriendo saltarse a la torera todas las leyes y el consenso que nos trajo hasta aquí. Pero ojo, también lo digo por aquellos que se ponen como un niño con los petardos, a taparse los oídos y hacer como que no está pasando. Solucionen el tema ya y déjense de chorradas para la prensa. La gente no debe sufrir las consecuencias de su incapacidad. Y si no, váyanse y dejen a otros.

Espero que esto acabe pronto. No podemos permitirnos el lujo de que tanto corrupto del 3% ande suelto ni de que el Gobierno de todos no haga una ley de financiación de verdad de una vez. Mientras nosotros a subir el tono de la discusión en la calle y a "hacer bandos"...no tiene sentido.


#impossibleisnothing

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