El misterio de la luz de las estrellas
Hubo
un día en que las estrellas se empezaron a apagar. Fue de repente, inesperado e
inexplicable para los científicos.
Es
sabido que los astros brillantes que vemos en el cielo están a años luz, es
decir, a miles y millones de años y lo que se ve ahora es el reflejo de lo que
realmente pasó hace mucho, mucho tiempo.
Por
eso, a los poderosos de La Tierra les entró mucho miedo. <<Si vemos ahora que
las estrellas se están apagando, eso quiere decir que pronto puede apagarse la
nuestra. Si se apagara el sol sería horrible, porque todos moriríamos
congelados. Desaparecería el Planeta>>.
Increíblemente
todas las naciones se pusieron de acuerdo. Destinaron todos sus recursos a investigar
qué podía estar pasando. Enviaron cohetes, naves de última generación,
telescopios orbitales, drones supersónicos y hasta crearon una televisión
espacial para que todo el mundo pudiera verlo por internet. Necesitaban todos
los ojos del Planeta mirando todos los detalles para poder evitar su
destrucción.
La
campaña mundial tuvo mayor resultado que cualquier campaña mundial en la
Historia. La gente miraba al cielo y cada vez veía menos puntos luminosos, y
claro, quería saber por qué pasaba y si pudiera afectarles a ellos. El caso es
que, por curiosidad o por supervivencia, todo el mundo se conectaba a la TV
espacial. Ampliaba las imágenes, miraba con lupa. Todo para encontrar alguna pista
que pudiera explicar lo que pasaba.
No
había manera. Las organizaciones espaciales y los periodistas decían que cada
vez quedaban menos estrellas, y las que se apagaban estaban más y más cerca. Nadie lo
decía, pero todos tenían pánico. Si estaban tan cerca, ¿cuánto quedaba para que
afectara a nuestro sistema solar?
Una
niña tuvo una idea. Había estudiado ciencias y sabía que en la naturaleza todo
tiene un sentido. A veces, se tarda en descubrir, pero las personas mayores,
siempre acaban haciéndolo, aunque tarden siglos. Las estrellas, los planetas,
los satélites, todo tiene un orden en el cosmos y si ese orden estaba
desapareciendo cada vez que se apagaba una estrella, ¿podría ser que había algo
más que no tuviera que ver con las ciencias?
Sabía
que las estrellas servían para iluminar, para guiar, para ser miradas…incluso
para cuidarlas, para crecer flores y para cambiarlas por papelitos en un banco… según
las aventuras de un Principito. Pero, ¿alguien había pensado que podían servir
para comunicarse? ¿Nos
estaban diciendo algo…?
Marta,
que era la niña curiosa, empezó una investigación. Hizo planes con sus amigos y
con las personas que más quería. Un día fueron al cine, otro a patinar, otro a
cenar, otro a la bolera, otro de viaje… Cuando hacía algo divertido que la daba felicidad, y miraba al cielo, veía que las estrellas brillaban mucho. No
se notaba que se estaban apagando, sino que brillaban.
Por
el contrario, cuando se sentía sola y triste no era capaz de ver estrellas. Se
apagaban, incluso más que lo que estaban diciendo en la tele.
Qué
raro, pensó. Esto no es de ciencias. Si estoy feliz las estrellas brillan. Si
estoy triste, las estrellas desaparecen.
Quiso
hacer una prueba más. Hizo una encuesta entre todos sus conocidos del cole. Y
les puso deberes, al día siguiente tenían que contarla si habían visto
brillantes o no a las estrellas y si en ese momento estaban tristes o alegres.
Y,
ualá. Sus compañeros de clase contaron lo que habían visto y cómo se sentían en
ese momento. La regla se cumplía al 100%. Si estás triste, las estrellas parece
que se apagan. Si estás alegre, brillan más.
Fue
corriendo a decírselo al profe de natu. Era una idea disparatada, y el profe
era un profe muy serio. ¿Cómo iba a ser posible eso? <<Anda Marta…>>
Se
lo contó a otros profes y seños, pero tampoco la creyeron. Será casualidad la
decían.
Se
lo contó a sus padres. Por supuesto la creyeron. Aunque la convencieron de que
eso no tenía nada que ver con el fenómeno que se estaba produciendo. Las
estrellas estaban apagándose y todos los científicos del mundo con sus máquinas
super inteligentes, estaban tratando de averiguar por qué, para poder inventar
un antídoto.
Entre
todos, convencieron a Marta. Aun así, ella seguía viendo lo mismo. Pero bueno, como la decían, sería casualidad.
Un
día, la tele fue a su cole a hacer un reportaje. Los niños habían hecho un
trabajo que se había premiado por los grandes jefes de la educación: los
ministros. Cuando acabó la entrega de premios, los periodistas preguntaban a
los niños que les parecía el misterio de las estrellas.
Y
Marta, se armó de valor. Y les dijo que ella lo había resuelto, pero que nadie la
creía o la decían que era una casualidad, aunque ella sabía que no.
El
periodista, incrédulo dejó que expusiera su teoría. Y para demostrar la
creatividad del cole premiado, al final de la crónica que se emitió en el
Telediario, salió Marta, contando lo que había averiguado.
El
caso, es que, por su desparpajo y por su pasión, se hizo viral por las redes
sociales. Fue” trending topic”, y un científico de los que llevaba mucho tiempo
estudiando el problema, la escuchó.
<<Pues
claro. ¡Cómo no se nos ha ocurrido antes! Las estrellas no se están apagando. Se
está apagando la alegría. Todo es energía y está conectado. El brillo se apaga pero no vamos a encontrar la causa en el espacio. El problema
está aquí, en La Tierra>>. Y el
científico, prestigioso Físico de la NASA, inmediatamente fue a buscar a Marta
a su cole.
En
el cole se armó un gran revuelo. Era una persona muy famosa y muy lista. Y
había venido buscando a una niña, que decía que había resuelto el misterio de
las estrellas y que nadie se lo había creído. Las seños y el resto de profes se
sonrojaron. Ninguno había sido suficientemente abierto para entender lo que
Marta había descubierto. No se lo habían cuestionado, se salía de lo normal.
Incluso,
sus padres, que la querían muchísimo y la habían creído, tampoco se tomaron un
ratito para comprobarlo. Estaban muy ocupados con unos trabajos muy
importantes.
Marta, le contó todo el detalle de su investigación al científico. Al día siguiente se
publicó en las revistas más prestigiosas del mundo. Todos los gobernantes
querían hacerse una foto con Marta. Ahora sí. Todos la creían.
Sin
embargo, esto resolvía el misterio de por qué pasaba. El mundo, considerado
como una única persona, se estaba volviendo cada vez más triste y apagado. Ni
la tecnología, ni todos los juegos ni la facilidad de conocer a otras personas
eran capaces de iluminar al Planeta.
Aún,
había que solucionar el problema. ¿Cómo conseguir que el brillo ganara a la oscuridad?
Era necesario buscar la felicidad, de cada persona, para que la suma de todas, volviera
a iluminar todo el firmamento.
No
fue difícil encontrar los elementos que componían el antídoto. Lo fue más fabricarlo. Porque no era igual
para todos. Cada una de las personas que formaba el Planeta, necesitaba una
dosis distinta de ingredientes para sonreír. Había una base común, el amor y otros
“toppings” como la confianza, la risa, la amistad, el compañerismo, la
solidaridad, la bondad y la tolerancia. Cada persona debía fabricar su propia
fórmula combinando estos elementos en su justa medida. Esto salvó al mundo en aquella ocasión.
Esto
no es un cuento inventado. Esta Historia pasó. Es real. Pasó en el mundo antes
de un gran cataclismo de meteoritos. Afortunadamente, se conservaron los documentos donde
esto se contaba. Luego volvimos a empezar de cero, y hoy hemos llegado al mismo
punto que descubrió Marta.
Cada
día brillan menos las estrellas. Entre todos estamos apagando La Tierra. Con todas
las cosas chulas que hemos inventado, y, aun así, fallamos en lo básico,
nosotros mismos.
La
esperanza jamás se pierde. Es algo innato en el ser humano. No paréis de buscar
vuestra combinación de ingredientes. Y cuando la encontréis no tengáis miedo,
hacerlo.
Necesitamos
que tú, yo y todos sigamos brillando.
#impossibleisnothing
Tu, yo y todos.
ResponderEliminarEnhorabuena, un cuento precioso con un montón de enseñanzas. Ojalá tu, yo y todos recordemos nuestro brillo, eso cambiaría tantas cosas...
Gracias!!
Publícalo, es precioso y hace que pensar ✌️👏👏👏👏👏👏👏👏👏👏
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