Talento+Trabajo+Valor+Creer=lo que te propongas

Una vez estaba en una cena con amigos. Ya sabéis, unas cervezas, unas copas, y hablábamos de alguien que tenía relevancia por aquellos tiempos. Se llamaba Miguel Induráin, que se disponía a afrontar su cuarto tour de Francia, tras haber ganado tres consecutivos.
Yo sostenía que pese a sus condiciones innatas (recuperación de 100 a 28 pulsaciones en tiempo record) era necesario mucho, muchísimo esfuerzo para hacer lo que él estaba haciendo. Mis amigos me decían que estaba como una cabra. Se me ocurrió decir que cualquiera podía ser Induráin siempre que se esforzara el doble o el triple que él. Es decir, por condiciones innatas no podría, pero sólo le podría ganar a esfuerzo y ese esfuerzo le llevaría al mismo resultado. En fin, menos mal que seguimos con las copas.
Pero nunca se me olvidó aquella conversación. De hecho pensé mucho sobre ella y hace poco tuve un debate parecido, con más experiencia aunque creo que con la misma locura. Sin embargo enuncié una ecuación en la que creo firmemente y creo que es la clave del éxito en todos los ámbitos, lo difícil es cuantificar cuánto necesita cada uno de cada variable:
Talento + Mucho trabajo + Valor (un par de…) + Creer = lo que te propongas
En ese nuevo debate yo sostenía que Mozart hubiera sido igual de genio hoy que lo fue en su día. No sólo por su talento indiscutible, sino porque tenía algo que este mundo necesita cada día más, tenía fe en lo que hacía.
El poder de creer no se puede medir. No voy a inundar este post con ejemplo de deportistas (como el campeón Olímpico de tiro que perdió su mano “buena”, la derecha y volvió a ir a las Olimpíadas con su mano “mala”, la izquierda para volver a ganar), aunque se podría escribir un tratado interminable.
 Tampoco lo voy a hacer con científicos (aquellos a los que tachaban de locos y después descubrían cosas que salvan vidas hoy.
Ni tampoco lo haréi de emprendedores (uno que empezó vendiendo ordenadores con fuentes de letra distintas desde el garaje de su casa).
No, no lo haré pero serían innumerables los ejemplos de gente que cree, se esfuerza, es valiente y con ello suple la falta de talentos innatos para ser igual de excepcional de otros que los tienen.
El talento, lo tengamos o no, está en nosotros. Se llama creer y se llama trabajar. Ya lo dije en mi segundo post, este país necesita  eso y el mundo en general también. Si nos lo creemos, será todo mucho más fácil.
Hoy internet es una puerta que nos ayuda a creer aún más. Nos acerca cosas que nos parecían de otra galaxia y nos invita a proponer cosas nuevas, con mucho trabajo, con valor, usando nuestro talento y sobre todo creyendo en ellas.
¡¡No dejemos escapar la oportunidad!!

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