Es deporte...no política

Debo ser un tío raro. Sí, alguno estáis asintiendo ahora mismo. Se me ocurre un insulto para esos,  pero bueno, lo voy a dejar de momento.
Para los que no me conocéis os diré a qué me refiero. Tengo 37 años (un chavalín) y nací en un pueblo de la provincia de Tarragona que se llama Amposta. Esta provincia está integrada en una Comunidad Autónoma (región administrativa) que se llama Cataluña y que forma parte de un país que se llama España. Soy catalán y estoy orgullosísimo de serlo. Pese a llevar casi toda mi vida en Madrid (ser catalán en Madrid y presumir de ello no es fácil cuando eres peque), me siento muy identificado con lo que es Cataluña.
Y me encanta vivir en Madrid. Es una ciudad preciosa y su gente también.
Cuando era pequeño mi tío, aficionado al fútbol, me llevaba de vez en cuando a ver al Real Madrid. Fui varias veces al Bernabéu. Primero veía jugar al equipo filial, Castilla, con la Quinta del Buitre y después al primer equipo, el Madrid. Estuve en unos partidos increíbles. De aquellos que no se olvidan nunca. Hoy huele a eso en el ambiente…
Después empecé a jugar al fútbol. Es un juego que adoro. Me hace sentirme más yo y me permite jugar en equipo con gente a la que quiero. Cuando empecé a tener algo de idea sobre el fútbol me fascinaba cómo lo hacía el Barça (Fútbol Club Barcelona). Era y sigue siendo un espectáculo. Era una filosofía distinta que la que había visto en el Bernabéu y que se ajustaba mucho más a mi idea del juego. Claro, aficionado al fútbol, que le gusta la filosofía del juego del Barça y catalán pues uno se hizo del Barça. Y así sigo desde hace más de 25 años.
Lo que os decía un tío raro. Pero hay algo que siempre me ha llamado la atención. Siempre se identifica el que sea catalán y del Barça con que debo ser poco menos que un independentista exaltado. Y que queréis que os diga, no me gusta nada eso. Me siento muy español porque es lo que soy y me encanta la Selección Española, plagada de catalanes. No entiendo por qué se confunde el deporte con la política.
El fútbol y el deporte son juegos. Tienen intereses económicos muy fuertes de por medio y parece que muchas veces están por encima de las cosas que realmente son problemas serios. Pero no entiendo por qué se identifica una cosa con otra. Es cierto que en el campo del Barça hay muy pocas banderas de España y muchas banderas de la Comunidad Autónoma. Bueno, eso no es malo. No es malo siempre que no sea separar. Es malo que haya banderas autonómicas independentistas y que usen un estadio o un evento deportivo como escaparate. Pero no confundamos. Cuántos son, ¿un 5%?, ¿un 10%?, no más.
¿Son el mismo porcentaje que en otros campos exhiben símbolos nazis? ¿Por eso se identifica a todo un estadio con lo que piensa una minoría? No confundamos. Después se calientan las cosas y la mitad de un estadio silba himnos y la otra mitad dice catalanes, hijos de….
Y estamos hablando de deporte. Ni a su Majestad el Rey se le silba por el otro 90% de gente no independentista en ningún acto deportivo (Mont Meló, Olimpíadas, Tenis, etc) ni tampoco el 90% restante del campo donde se exhiben símbolos nazis está de acuerdo con ellos. No confundamos.
Gran culpa de esto tienen los dirigentes y algunos  medios de comunicación. Se les da bombo, pero mucho bombo,  a una mayoría. Y de vez en cuando surge algún dirigente que utiliza una institución deportiva y su grandeza como escaparate para otras cosas.
Señores, el independentismo no es un debate que esté en la calle, ni lo es el nazismo en el centro de la península. Algunos medios y los dirigentes irresponsables hacen que al 5% que piensan así se le de mucha fuerza. ¿Y después qué? Después nos lamentamos porque pasan cosas que no tienen nada que ver con el deporte y que entre unos y otros se dedicaron a incentivar.
Hay un tema de fondo. Y rompo una lanza por todos los catalanes y aquellos que llevan mucho tiempo viviendo allí, con un profundo amor a su tierra y que se ven “condenados” a ser catalogados y etiquetados de una determinada manera, despectiva en muchos casos por el hecho de haber una minoría con tentáculos muy largos. El fondo no es deporte, no es ni siquiera lo que representa una institución deportiva.
El fondo es que el sistema electoral español y la política educativa, entre otras, hacen que de por sí estemos en un sistema viciado. Hacen que para que un partido gobierne (da igual el color porque lo han hecho todos), se hagan concesiones a minorías que se ven favorecidas por una pura distribución estadística llamada Ley D´Hont. Ya está bien. ¿Por qué nadie cambia el sistema para que la mayoría no vivamos constantemente dependientes de los deseos de unos pocos? ¿Por qué se conceden transferencias de temas críticos para un Estado como es la educación? ¿Sabéis por qué? porque en el fondo a los políticos mediocres no les interesa. Para eso hay que tener valor y sentido de estado, y claro eso escasea por estos lares.
Este es el problema señores. No el Madrid ni el Barcelona ni la señera (senyera es la bandera de Cataluña) o la bandera nacional de España (que por cierto es de todos).
Hoy se juega un partido de fútbol precioso. Dos equipos grandísimos, dos filosofías, un orgullo para todos los españoles. Un partidazo.
No caigamos en lo que quieren unos pocos. Hoy más que nunca tenemos que estar unidos. No está el horno para andar con tonterías.
Que gane el mejor, que en eso consiste el deporte….

Comentarios

  1. para ser tan raro...que lo eres,, y casi más cerca de los 38 (je, je), tengo que decir, que sin que sirva de precendente, estoy completamente de acuerdo con tu entrada..y mira que me gusta discutir...pero en este caso estoy de acuerdo..

    a ver si comple tu lema de impossible is nothing, y remontamos 0-3...he, je...
    saludos desde Perú...

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  2. Lo que quieras, David, pero la instrumentalizacion de los equipos (por los políticos, por las marcas, por los dirigentes en aras de sus proyectos personales) es evidente, y sois todos cómplices. El "mas que un club". El Madrid y el Barca son dos proyectos totalitarios fuera de los cuales no se puede vivir y a los que contribuyen los 20 minutos diarios de dedicación exclusiva en el telediario. Por eso nunca simpatizare con ninguno.

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