Bravo por la música
Cuando era niño había una canción de Juan Pardo que decía “Bravo por la Música, siete notas clásicas…”. Yo cantaba “Bravo por la Música, siete notas mágicas”. Debía de ser influencia del conservatorio (empecé con 9 años) o una traición del subconsciente, pero bendita traición. La música es el arte de combinar los sonidos y el ritmo. Eso decía mi libro de 1º de Solfeo (o de Preparatorio, no recuerdo muy bien). El caso es que efectivamente es eso, un arte, un arte de infinitas posibilidades. A los 18 años dejé el Piano. Era “too much” con todo lo que hacía y ya veía que no me iba a dedicar a ello. Me agobiaban mucho los exámenes ante un tribunal, desde niño. Cualquier equivocación o unos pocos nervios te destrozaban el trabajo que había detrás. No podía haber fallos. La melodía y la armonía son algoritmos perfectos, y tiene que fluir. Un error significaba una reacción en cadena de fichas de dominó y acababa en tragedia. Para que os hagáis una idea, la máxima era que en pri...